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La gira que realizó la máxima autoridad eclesiástica por Latinoamérica, tuvo como objetivo dos tareas principales. Según el analista internacional, Guillermo Holzmann, el viaje a Mexíco sirvió para desplegar un mensaje de integración social, apuntando a toda la región, con el objetivo de aminorar los cuestionamientos relacionados a los abusos sexuales por parte de algunos miembros de iglesia.

 

Holzmman hizo énfasis en la visita a Cuba, donde todas las expectativas estaban puestas al rol político que podría jugar Benedicto XVI. Sin embargo, el  panelista expresó que el Papa sólo realizó discursos diplomáticos en que se aludía en forma indirecta al regreso de la democracia y la liberación de los presos.

 

El analista enfatizó en que la visita del Pontífice tiene relación con el rol político que está buscando la iglesia en ser artífice de la transición en Cuba, a raíz del discurso expresado por Raúl Castro y sus ministros, quienes apuntan a seguir los ejemplos de China y Rusia, abriéndose a la globalización e instaurando reformas económicas.

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