Tras la matanza en Siria el pasado viernes, Francia, Alemania, España, Australia, Canadá y Reino Unido decidieron expulsar a los representantes diplomáticos de Damasco en dichos países, lo que según el académico del Centro de Estudios árabes de la Universidad de Chile, Ricardo Marzuca, en términos políticos sería una forma de presionar al régimen sirio para que acabe con la represión, realice reformas de fondo y establezca un sistema multipartidista con mayores libertades.
El séptimo Secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, fue enviado por el organismo internacional para conversar con Basher al-Assad y pedir el cese de la violencia, respecto de lo cual Marzuca opinó que el Presidente sirio pretende "postergar cualquier tipo de intervención desde el exterior y, por otro lado, reprimir e ir anulando progresivamente la oposición interna al régimen", además de evitar llevar a cabo reformas de fondo.
El escenario futuro, según el académico, es complejo. La intervención desde el exterior genera cuestionamientos sobre si los movimientos que acaban con los dictadores se generan desde el interior, o si más bien corresponden a una conspiración o a un interés de las grandes potencias occidentales con el fin de generar cambios en beneficio de ellas, desvirtuando el movimiento de la primavera árabe haciéndolo parecer como uno manipulado en favor de occidente.
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