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Un alto revuelo causaron unas fotografías tomadas hace dos años en playas mexicanas, en las que se aprecian al Obispo Fernando María Gallo disfrutando de la playa con una mujer. El eclesiástico se defendió diciendo, que su acompañante en las imágenes "era una amiga de su infancia".

 

Además el Obispo reconoció poder haber  incurrido en una conducta impropia: "Lamento que aquella situación de cierta imprudencia desde mi parte,  pueda dar lugar a algo que no fue, a malas interpretaciones".

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