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Reino Unido, Francia, Suecia, España y Dinamarca son algunos de los países que condenaron la expansión.

La construcción de alrededor de tres mil casas de colonos judíos en Jerusalén Este y Cisjordania, causó molestia en la comunidad internacional. Varios países han criticado a Israel y algunos llamaron a los embajadores israelíes, en protesta aunque todo indica que el llamado de atención no generará medidas concretas que generen sanciones. El primer ministro Benjamín Netanyahu recalcó que no darán pie atrás con la medida.

El vocero de la Casa Blanca, Jay Carney, negó que supieran del plan y recalcó que Estados Unidos se opone a la construcción de asentamientos en Jerusalén Este toda vez que estos son “contraproducentes” para la paz entre israelíes y palestinos.

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