Aumento de precios por convalidación y matrícula son los problemas más presentes.
Pese a que falta un año para el cierre definitivo de la Universidad del Mar, nada asegura que en sus salas se vuelva a hacer clases. Mientas que el gobierno aún trabaja en trasladar a los alumnos, estos piden ser reubicados a universidades estatales.
Cerca de cinco mil estudiantes han elegido reubicarse por sí mismos. Pero algunas universidades han declarado que no pueden dar garantías y que varias presentan irregularidades en cuanto a ofertas estudiantiles. “Hay casos de universidades privadas que buscan cobrar un millón y medio por convalidar los ramos, también aumentan el valor de las matrículas”, criticó Diego Vela, presidente de la FEUC sobre el aprovechamiento de las instituciones privadas al acoger a alumnos de la U. del Mar.
Hasta ahora, alrededor de 500 alumnos han sido ya reubicados en universidades como Arturo Prat de Tarapacá y Magallanes, aunque su futuro en algunos casos es dudoso por no tener los mismos programas en tales regiones, incertidumbre que el gobierno intenta disminuir con pocos resultados por el momento.
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