Organismos de DD.HH. han pedido realizar mayores esfuerzos a las autoridades locales y al gobierno central.
Desconfianza hacia el gobierno masificada en todos los sectores de México, múltiples casos de corrupción donde se han develado uniones entre autoridades y crimen organizado, extorsiones y un tráfico de armas y drogas que parece no acabar, tienen al país azteca en medio de una grave convulsión social e institucional.
Es que el caso de los 43 estudiantes desaparecidos, ha hecho que las personas cuestionen y confronten tanto a autoridades como las mismos carteles delincuenciales, debido a un cansancio frente a la corrupción y el delito. Tal y como afirma el vocero de los escolares secuestrados, Felipe de la Cruz, “la impunidad sigue paseándose por las calles”.
Desde Amnistía Internacional, han hablado de que en el país se han mejorado entre otras cosas, los sistemas de reconocimiento de personas desaparecidas y de busqueda de personas, pero acusan a través de su director, Perseo Quiroz, que dichas mejoras “no han contado ni con el apoyo ni con la voluntad política por parte del Estado para dichas medidas sean realmente efectivas”.
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