Desde la Habana, delegación de la guerrilla lamentó la decisión de Santos de interrumpir el proceso.
El secuestro del general Rubén Darío Alzate Mora en Colombia por parte del frente 34 de las Farc, desencadenó la suspensión del proceso de paz entre ese Gobierno y el grupo insurgente, el cual estaba ad-portas de cumplir 2 años, en un conflicto interno que lleva más de 50 años.
El presidente colombiano Juan Manuel Santos, reconoció su deseo por continuar el proceso, pero puso como condición inamovible, la liberación inmediata del militar y sus acompañantes. En tanto, la delegación de las Farc, liderada por Iván Márquez, declaró desde la isla que ellos no responden por la situación de Alzate Mora, pues “es decisión del Coronel Timochenko“, máxima autoridad del grupo guerrillero.
Las críticas a la respuesta de los delegados de la Farc en la Habana no se han hecho esperar. El senador de ese país, Ernesto Macías, cuestionó que si ellos no son capaces de responder y manifestarte respecto a la situación “entonces, con quién está negociando el Gobierno”.
Claudia Farfan, esposa del general secuestrado, clamó entre llantos al grupo insurgente la liberación de su esposo y llamó a “conocer” al militar, ya que confía en que si eso pasa “no serán capaces de hacerle daño“.
Cabe destacar que las Farc habían suspendido desde febrero de 2012, el secuestro como método de extorsión, y justifican la acción en contra del general Alzate Mora y sus dos acompañantes, como una “detención”, y califican a los cautivos como “prisioneros de guerra”.
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