El crecimiento vino junto a grandes compras y fusiones por parte de multinacionales.
Mientras los empresarios chilenos reclamaban los efectos que podían tener los cambios en las reglas que traería la reforma tributaria, esa incertidumbre no se vio desde afuera. Al menos así lo evidencian las cifras de inversión extranjera directa, la que creció 15% en 2014 al superar los 23.300 millones de dólares.
En este marco, el vicepresidente ejecutivo del Comité de Inversiones Extranjeras Jorge Pizarro, manifestó que “cuando uno ve que en Latinoamérica la inversión extranjera bajó un 19%, y en Chile subió un 15%, es que la gente de afuera está viendo en Chile grandes oportunidades de negocio y un dinamismo que no está viendo en otros mercados”.
Ahora, que estas mayores inversiones extranjeras directas tendrán algún efecto en proyectos que generen mayor empleo, ese es un tema relativo. Esto pese a que se espera que los grandes capitales foráneos que ingresan a nuestras fronteras busquen rentabilizarse. Y si eso sucede, seguro querrán invertir más en nuestro país.
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