Este martes,
dos explosiones se produjeron pasado las 8 de la mañana en la zona de embarque de la aerolínea American Airlines, en el
aeródromo de Zaventem, Bruselas. Una situación que habría dejado
al menos 28 personas fallecidas, según información preliminar.
Tras el hecho, el aeropuerto fue evacuado y se desviaron los vuelos para evitar nuevos incidentes, ayudando también al trabajo de la policía en la zona. Hasta el momento se desconoce el origen de los ataques, aunque testigos del aeropuerto aseguran que fueron atentados suicidas.
Minutos más tarde se registró una tercera detonación en la estación de metro Maelbeeck, anterior a la del aeropuerto, desconociendo el número de usuarios afectados.
En tanto, el gobierno belga elevó la alerta terrorista al máximo, ya que como antecedente, las explosiones ocurren cuatro días después de la detención en Bruselas del yihadista Salah Abdeslam, prófugo tras los atentados de París en noviembre pasado.
Tras lo ocurrido, el primer ministro de Bélgica, Charles Michel, hizó un llamado a la población a evitar “realizar desplazamientos” en la ciudad y aseguró que “vamos a enfrentar esta amenaza”.
Mientras, desde el gobierno decidieron cerrar la frontera con Francia y se llamó a una reunión de Emergencia en Gran Bretaña.