Una jornada de extrema tensión se llevo a cabo el pasado viernes.
Un caos total se vivió el pasado viernes en Turquía, puesto que una facción del ejercito intentó llevar adelante un golpe de estado. Durante la madrugada local, puntos estratégicos fueron tomados por militares así como también estaciones de televisión y los principales aeropuertos.
Mediante una videoconferencia, el Presidente de Tuequía, Recep Tayyip Erdoğan llamó al pueblo a salir a las calles y evitar el avance de estas tropas, quienes horas antes habían indicado que tenían el control del país.
Con el paso de las horas, el movimiento revolucionario fue perdiendo fuerza. Los ciudadanos y las fuerzas leales al presidente comenzaron a detener el avance de este movimiento, que finalmente no logró cumplir su objetivo.
El balance de la jornada hasta el momento es de 161 muertos entre civiles y miembros de las fuerzas armadas y de orden.
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