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El animador estadounidense James Corden llevó toda su simpatía hasta las instalaciones donde estuvo el Arsenal en su paso por Los Angeles y decidió tomar el puesto de Arsene Wenger.
Con metodologías y ejercicios de dudosa eficiencia, el comediante compartió con los jugadores que se mostraron dispuestos a probar extraños métodos de entrenamiento.
Al final de la jornada, Héctor Bellerin aseguró que “creo que nunca voy a conseguir recuperar estas horas de mi vida”.
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