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Si bien entre julio y agosto del año pasado se comercializaron 12.225 viviendas, este año la venta bajó un 38%, porcentaje que se desglosa en una caída del 29% en las casas y un 40% en los departamentos.

La buena racha de hace un año se explicaba por las compras hechas para evitar el IVA en la vivienda previo a la implementación de la Reforma Tributaria. Ahora el bajo dinamismo de la economía y las exigencias para conseguir créditos serían los responsables del negativo rebote de la industria inmobiliaria.  

La disminución en la demanda va acompañada de un lógico aumento en la oferta de 15% por stock acumulado. Según el informe de la Cámara Chilena de la Construcción, los precios de las viviendas en el Gran Santiago estarían prácticamente estabilizados, registrando una leve alza de 1,5%.

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