Insulza dio el paso. El mismo que evitó en 2009, cuando el camino estaba bastante más despejado. Ahora, cuando parece tener todo en contra, anunció que sí buscará una candidatura presidencial.
Una decisión que no gustó en Cancillerúia, donde esperaban que Insulza se mantuviera como agente ante La Haya hasta el final del proceso por la demanda boliviana.
El Panzer deja un cargo seguro para entrar en una carrera incierta, una en que parte en desventaja contra los rivales que ya están en la pista: el senador Guillier y el ex presidente Lagos.
Guillier tiene a su favor las encuestas, y su imagen de independencia y renovación. Lagos cuenta con los respaldos políticos y la carta de ser un estadista probado en tiempos de incertidumbre.
Insulza en cambio no marca ni en las encuestas ni en los respaldos parlamentarios. De todos modos su entrada revuelve el panorama, sepultando la estrategia original de Lagos de imponerse por presencia y ser proclamado rápidamente por el PS y el PPD.
Esta vez Insulza no estuvo dispuesto a seguir siendo el fiel número 2 de Lagos. Esta vez, decidió desafiarlo.
¿Es la voluntad de torcer el destino, qeu todo político necesita tener? ¿O es el voluntarismo de no saber leer la realidad?
Como sea, Insulza ha hecho su apuesta, y vaya que es arriesgada.
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