Esta iniciativa tan extrema está impulsada por el alto cargo de Al Fatá Marwan Barghuzi, encarcelado desde 2002.
Fue él mismo quien llamó a la población a que solidaricen con los palestinos encerrados a través de huelgas y manifestaciones y que actúen para liberar a los reos.
Al Fatá Marwan Barghuzi denunció que “cerca de un millón de palestinos han sido detenidos, torturados, humillados física y psicológicamente, y sometidos a condiciones duras y degradantes en las Bastillas del bárbaro colonialismo sionista”, en un mensaje entregado a la agencia palestina de noticias.
Entre las demandas figuran el fin de la detención administrativa y del régimen de aislamiento, una modificación del régimen de visitas para hacerlas más flexibles, la instalación de teléfonos públicos para los presos palestinos, mejoras a nivel de atención sanitaria y de transporte entre prisiones, instalación de aire acondicionado en varias prisiones, y la entrega de libros, periódicos, ropa y comida a los presos.
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