Para 2050, el 90% de toda la energía producida en nuestro país será de fuentes renovables. Esa es la nueva apuesta del Estado y muy ambiciosa, considerando que hoy las fuentes no convencionales abarcan el 17% de la matriz.
De hecho Chile concentra dos tercios de toda la capacidad instalada de las energías renovables no convencionales de América Latina. Una prueba más de la fuerte transición que ha experimentado nuestro país hacia ese tipo de fuentes.
Por esto es que la transición casi total a energía renovable traería diversos beneficios para el país y los chilenos por depender menos de fuentes fósiles, como el carbón y sobre todo el petróleo. Otro factor importante para lograr este objetivo es que efectivamente haya más demanda de energía. Algo que sólo se conseguirá con mayor crecimiento de la inversión y, por ende, de la economía general.
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