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Corea del Norte calificó como una provocación el envío de bombarderos estadounidenses a la península. 

El régimen de Kim Jong-un respondió a las maniobras militares de Washington y Corea del Sur, y sugirió al gobierno de Donald Trump que “no jueguen con un barril de pólvora”

En un ejercicio conjunto, los dos aliados simularon la destrucción de baterías de misiles enemigas por dos cazabombarderos estadounidenses; y una serie de bombardeos por parte de aviones surcoreanos contra puestos de mando subterráneos enemigos.

“Con su peligrosa provocación militar, Estados Unidos lleva el riesgo a un guerra nuclear en la península hacia un giro”, agregaron los medios oficialistas del régimen de Pyongyang. 

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