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La playa Maho Beach ubicada en Sint Maarten, es considerada como “la más peligrosa del mundo” por estar en una isla tan pequeña que apenas hay espacio para que quepa el aeropuerto internacional. Por eso, la pista principal del Princesa Juliana comienza a escasos metros del mar estando muy cerca de los bañistas.

Todos los días, cientos de turistas se acercan a la diminuta Maho Beach para vivir una experiencia extrema: quedarse parados detrás de un avión que está a punto de despegar. El desafío es resistir las fuertes ráfagas de aire que salen por las turbinas.

Fue así como una mujer de 57 años, que estaba parada a metros de un Boeing 373 no pudo resistir la fuerza del aire expedido por las turbinas.

Algunos se quedan en la orilla del mar para que el único riesgo sea mojarse al caerse, pero otros más arriesgdaos se toman de las rejas que delimitan al aeropuerto y tratan de aferrarse a elloas con todas sus fuerzas. Lo riesgoso de esto es que detrás de ellos no hay agua ni arena sino que pavimento.

Fue así como esta mujer neozelandesa, estando en esta arriesgada posición este miércoles, se soltó, cayó al suelo y se golpeó en la cabeza contra una barrera de contención.

Tras pasar algunas horas internada en el hospital de la isla, murió.

Hace algunos años a una joven le pasó lo mismo, con la diferencia que ella sobrevivió.

“Me encontré con la familia de la fallecida. Reconocieron que lo que hicieron estuvo mal, porque las señales que advierten el peligro de estar ahí son muy claras. Lamentaban que el riesgo que tomaron haya terminado de la peor manera posible”, contó Rolando Brison, director de la Agencia de Turismo de Sint Maarten, según consigna Infobae.

 

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