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El cientista político y columnista Patricio Navia se desató.

Anoche entró a su cuenta de Twitter (@patricionavia) y redactó: “Ente el pillo y el flojo, me quedo con el pillo. Es más fácil controlar a un pillo que hacer trabajar a un flojo. Voto por @sebastianpinera”.

El poco ortodoxo comentario no se demoró nada en recibir respuestas. Una de las primeras fue la de Claudia Serrano, embajadora de Chile ante la OECD (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) que le dijo: “Eres tan engreído y tan livianito, Navia”.

Navia no se quedó callado: Yo me consigo mis pegas en el sector privado. No vivo del fisco como tú. Embajadora ante la OECD. Respeta el cargo que con mis impuestos pago tu sueldo”, replicó.

Ante esto, el diputado Gabriel Boric, que tiene una pública y sabrosa diferencia de opinión en prácticamente todos los temas posibles con el cientista político, entró con todo:

“Es malo ser funcionario público? Un funcionario público no puede criticar a alguien que trabaja en el sector privado? Yo también soy funcionario público y creo que en general haces el ridículo. But it’s not personal baby”.

Obviamente esto no termina acá porque Navia miró el arroba de uno de su más feroces críticos, pero no le temblaron las manos. Tomó su celular, miró, apuntó y disparó de vuelta:

“Y yo creo que tú eres un burgués que se cree revolucionario. Pero a la hora de los qui’hubo, terminas votando por la NM. Ojalá algún día te toque ganarte el sueldo, se siente bien”.

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