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(CNN) – Mientras surgen más detalles sobre la masacre en una secundaria de la Florida, que dejó 17 personas muertas, algunos de los primeros agentes que llegaron a la escena están compartiendo lo que recuerdan de ese momento. 

Agentes del Departamento de Policía de Coral Springs detallaron sus experiencias el viernes.

El oficial Chris Crawford dijo que estaba patrullando un centro comercial cercano cuando escuchó reportes del tiroteo el 14 de febrero.

Saltó a su coche y aceleró hacia la secundaria Marjory Stoneman Douglas, con las luces y la sirena encendidas, según contó en una conferencia de prensa.

Cuando llegó, tomó su rifle y corrió hacia el edificio 12, el sitio donde se registró la mayor parte de la masacre. Mientras se acercaba, encontró a otros agentes atendiendo a estudiantes heridos y se les unió, poniendo gasas sobre las heridas para frenar la hemorragia, dijo.

“Todos estamos acostumbrados a poner gasa – que es básicamente un trozo de gasa con un agente coagulante que colocas en las heridas”, dijo.

Cuando los paramédicos llegaron, el exinfante de marina corrió al interior del edificio, donde se le unieron otros elementos de su Departamento y oficiales de la Oficina del sheriff del condado Broward, dijo.

El edificio estaba lleno de agujeros de bala, con casquillos usados por todos lados.

En lugar de alarmas de incendio y gritos, lo que había era silencio. Víctimas con heridas de bala yacían en los pasillos.

Estudiantes y maestros seguían resguardados en aulas y cuartos de almacenamiento, demasiado horrorizados como para salir, dijo.

En algunas de las clases, estudiantes y profesores habían llamado al 911. Pero estaban demasiado asustados para hablar por miedo de atraer la atención del atacante. Los despachadores al otro lado de la línea escuchaban su respiración y otras señales de vida.

“Tienes que estar en silencio, eso está bien. Mientras pueda escucharte respirar”, les decía Kathy Liriano, del Servicio de Comunicaciones de la Policía y los bomberos de Coral Springs, según contó ella.

“Es 10 veces peor de lo que imaginas”

Dentro del Edificio 12, Crawford empezó a golpear las puertas.

“Las dos primeras clases sí (se aliviaron a la llegada del oficial)”, dijo.

“La tercera clase … toqué la puerta y les dije: ‘Soy de la Policía de Coral Springs’. Ellos dijeron que no abrirían la puerta. Tuve que negociar con ellos … hicieron que deslizara mi identificación debajo de la puerta. Pude escuchar más y más escritorios que eran empujados (contra) la puerta”, dijo.

Dijo que si hubiera llevado su teléfono, le habría pedido a alguno de los estudiantes que le llamara por FaceTime, que permite a los usuarios de iPhone hacer videollamadas.

“Deslicé mi identificación bajo la puerta y empezaron a hacerme preguntas como cuál era el número de mi identificación … cosas que están en nuestras identificaciones”, dijo.

Crawford dijo que eventualmente persuadió a los estudiantes para abrir la puerta. Los recuerdos de ese día lo acosan y dice que quisiera haber podido hacer más.

“Fue horrible. Es 10 veces peor de lo que te imaginas”, dijo.

“Cada vez que volteaba, había otro agente con sangre (de las víctimas) sobre él. Era horrendo … Tengo un hijo de dos años. No quiero enviarlo a la escuela”, continuó.

Crawford y otros agentes tenían a unos 70 estudiantes en una habitación y les dijeron que llamaran a sus padres para hacerles saber que estaban a salvo.

Luego, él se quedó haciendo guardia en la puerta mientras esperaba al equipo SWAT, dijo.

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