En conversación con CNN Chile, la técnica de Santiago Morning señaló que la industria del país no está preparada para que una mujer dirija un equipo masculino, dijo que no ve como posibilidad liderar a La Roja y afirmó que “a los hombres les preocupa mucho que tengamos cargos de poder”.
9:40 de un jueves y la cancha del Estadio Municipal de Peñalolén es el centro de otra jornada de entrenamiento. El sol pega fuerte, pero no impide que las jóvenes jugadoras de la sub 17 de Santiago Morning se desmotiven.
“¡Vamos, vamos! Mirada hacia al frente y pasos firmes con los dos pies”, grita uno de los técnicos que entrena a las arqueras del equipo.
A lo lejos, justo al costado de la mitad de la cancha, se ve a Paula acariciando a sus dos perros: Ara (3) y Orión (5), dos quiltros que adoptó en un refugio de animales de Puente Alto.
Sonriendo y a paso firme camina hacia nosotros para recibirnos. Orgullosa nos señala las instalaciones del estadio y cuenta que sus perritos casi siempre la acompañan. “Me desconectan de todo”, dice. Son su cable a tierra.
Paula Andrea Navarro Alvear (47) es la entrenadora del equipo de fútbol femenino de Santiago Morning. Tiene una trayectoria de 16 años, un bicampeonato en primera división y un cuartos de final en la Copa Libertadores.
El camino que ha recorrido no ha sido fácil. En distintas oportunidades fue discriminada y mirada en menos, pero que esos episodios no la desanimaron. Es más, convirtió esos desalientos en fuerzas para luchar por su pasión.
“Tengo una capacidad que cuando te aplastan y te dejan destruida, al otro día amanezco con más fuerza”, explica.
Paula nació el 19 de diciembre de 1972. Se crió en San Joaquín y desde chica fue inquieta y amante de los deportes. Realizó mountain bike, tenis, básquetbol, handball, fútsal, voleibol y actividades acuáticas.
Recuerda que siempre fue desordenada e hiperquinética y que en el colegio no le gustaba estar en clases “porque eran muy fomes”.
Pese a su corta edad, era consciente que existían diferencias de género. Lo veía en el día a día y el mundo del deporte se lo enrostraba en alguna actividad.
“Siempre cuestionaba por qué los hombres podían hacer más cosas que las mujeres o por qué los hombres podían tener libertades. Lo encontraba raro. El hombre podía llegar tarde, no pedía permiso. Me propuse que cuando fuera grande lo iba a cambiar”, indica.
El ’96 entró a estudiar Educación Física, pero abandonó la carrera para trabajar. Al tiempo, la retomó y cuando tenía 35 años se tituló en Técnico Deportivo. Luego, ingresó a estudiar entrenadora de fútbol en el INAF (Instituto Nacional del Fútbol).
Ya con especializaciones en Chile, puso su foco en el extranjero y viajó a España para realizar cursos en el Barcelona, en el Athletic de Bilbao y en el Real Madrid. Fue en esas instancias donde compartió con Paco Seirulo y Joan Vilá, a quienes considera maestros en metodología y estructura de clubes.
Al retornar, decidió seguir perfeccionándose. Tomó cursos de psicología deportiva y de administración olímpica, hasta que llegó una oportunidad de poner sus conocimientos en práctica, ya que Claudio Borghi la contactó para armar el proyecto de fútbol femenino en Colo Colo junto a Hernán Torres.
Tras dos años de trabajo, no llegó a acuerdo económico y dejó el club albo. Sin embargo, al día siguiente, la llamó Miguel Nasur, quien en ese momento era el mandamás de Santiago Morning, y le ofreció estar a la cabeza del fútbol femenino.
“De ahí que llevo 13 años acá”, dice mientras camina por la cancha y mira a las jugadoras que se reúnen para un partido de entrenamiento.
Desde entonces ha generado un relación muy cercana con sus futbolistas. Incluso, comenta que a veces se comporta como una mamá con ellas.
“Lo único que quiero es que sean buenas personas, que además entiendan de que ellas tienen que producir el cambio. Cuando las tengo que retar las reto, cuando las tengo que motivar las motivo y cuando tengo que ser sincera digo las cosas como son”, agrega.
—¿Y cómo es tu relación con los directivos? —Tenemos una muy buena relación. Cuando hay diferencias yo les manifiesto lo que pienso y ellos lo valoran de la misma forma.
—Te ves cómoda. —Estoy cómoda, muy, muy cómoda en el club. Mucha gente me dice “¿qué pasa si te irías a otro lado?” y yo digo que por el momento no, porque estoy desarrollando un proyecto de años. Hemos creado profesionales, formado niñas, entonces cuando uno se va, eso como que se pierde. En verdad no es que se pierda, pero no es lo mismo. Cuando desarrollas proyectos a largo plazo, sí es necesario que la persona esté.
Para Paula el método de trabajo que instauraron en el club está basado en un modelo que han elaborado por años. “Esto es como las empresas”, dice.
Considera que la clave es la identidad, el saber cómo jugarán. “Cuando los clubes no saben eso, pasa lo que ocurre actualmente con el fútbol chileno: no vendes jugadores, no formas buenos jugadores. El proceso formativo de un niño o una niña dura 12 años, son tres ciclos olímpicos. Es muy importante saber para dónde vas a ir”, manifiesta.
Sigue la revolución
2018 y 2019 fueron años que marcaron la carrera profesional de Paula. Las bohemias se consagraron bicampeonas del torneo nacional femenino y avanzaron hasta cuartos de final de la Copa Libertadores celebrada en Ecuador, donde cayeron ante Corinthians en el Estadio Olímpico Atahualpa de Quito.
A esto, se suma que a inicios del año pasado comenzó a recibir el mismo salario que su par del equipo masculino de ese entonces, René Curaz.
Pese a una exitosa temporada, hubo una espina que marcó el segundo título. En medio del incierto escenario futbolístico por el estallido social, la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP) decidió ponerle fin a los torneos nacionales y declaró como campeones a la Universidad Católica, Santiago Wanderers y San Marcos de Arica en sus respectivas categorías.
No obstante, no se pronunciaron por el campeonato femenino. Paula junto a sus futbolistas jugaron más del 80% de los partidos, terminaron líderes e invictas. Incluso, se les asignó el cupo de Chile 1 para la Copa Libertadores 2020.
“¿Hasta cuando siguen las diferencias?”, cuestionó fuerte mediante sus redes sociales. Al día siguiente, fueron proclamadas bicampeonas.
—¿Hay miedo al trabajo de las mujeres o a trabajar con mujeres? —Ambas. Yo siento que no solamente en el fútbol, sino que en todo tipo de cosas, como el tema de la paridad y los escaños que tienen que tener las mujeres. A los hombres les preocupa mucho que las mujeres tengan cargos de poder. Cuando los hombres empiezan a entender que nosotros no queremos quitarles un espacio, que queremos trabajar juntos, que podemos potenciarnos, hay resultados y es lo que pasa en este club. Pero cuando ellos no lo entienden y dicen “hay que sacarlas”, es peor. Las mujeres nos rebelamos y generamos todo un proceso de revolución que, al final, no trae beneficios a nadie.
—En diciembre de 2019 publicaste en Instagram que ese año había sido, justamente, el de la revolución y que después debería venir la evolución. ¿Cómo lo ves? ¿Hay señales de intentos de equidad? —Todavía estamos en la revolución. En mi caso, del fútbol, la Federación de Chile no ha mostrado ningún cambio. Falta mucho todavía.
En diciembre de 2017, se dio a conocer una histórica noticia: Paula asumiría como entrenadora del plantel profesional masculino de Santiago Morning. Era un hecho inédito. Nunca una mujer había dirigido un club de hombres en Chile.
Sin embargo, una serie de críticas, por el rol de la mujer en el mundo del fútbol, llevaron a que este paso sin precedente no se concretara y asumió como ayudante del recién nombrado DT, Jaime García.
—Al año siguiente de ese hecho, te propusiste que en 2020 ibas a estar lista para el desafío de dirigir un equipo de hombres. ¿Hoy ya es el momento? —No, todavía no. Yo me siento preparada, el tema es que yo voy a dirigir un equipo de hombres cuando me paguen y me entreguen las mismas condiciones que a un hombre. No quiero que me digan “mira, con estos jugadores que tienes, debes ser campeona del mundo”. No puedo ser campeona con esos jugadores, porque a diferencia del femenino, en éste sí soy partícipe de las jugadoras que están y las que no. Yo puedo asegurar un resultado deportivo, pero dirigir un equipo de hombres es un poco difícil, creo que la industria todavía no está preparada aquí en Chile.
—¿Consideraste machista la decisión? —No, no fue machista, fue porque yo no quise ser entrenadora. Dicen “con este grupo de personas tienes que ser campeona” y no puedo serlo. Es mejor decir que venga otro y que lo haga. Yo dí un paso al costado y creo que fue la mejor decisión que pude haber tomado.
No es un secreto que entre los objetivos de Paula esté llegar a la presidencia de la ANFP. Incluso, no ha descartado sus pretensiones de llegar a un cargo en la FIFA.
—¿No has pensado en dirigir La Roja femenina? —No, no es una posibilidad para mí. Ni en estos momentos ni en el corto plazo.
—¿Y en el largo plazo? ¿Tampoco? —A lo mejor, más adelante, pero por el momento no está dentro de mis planes. Creo que hay personas que están más capacitadas que yo para estar ahí y es por lo mismo que hablamos, en estar en un equipo donde te digan lo que tú tienes que hacer. Aquí, en Santiago Morning, sí lo hago, sí me escuchan, sí mi opinión es importante. En otros lugares es un poco más difícil, porque te dicen ‘tienes que hacer esto’ y hay veces que las cosas no están bien y yo no voy a querer hacerlas, entonces no voy a estar.
En búsqueda del legado
En el salón plenario del Centro de Entrenamiento Olímpico (CEO), a comienzos de febrero del 2019, Santiago Morning marcó un precedente de la mano de Paula. Durante esa jornada, Daniela Pardo, María Francisca Mardones, Nicole Fajre y Marcela Pérez pasaron a la historia al ser las primeras jugadoras de fútbol en firmar un contrato profesional en Chile.
Hasta ese entonces, las futbolistas no contaban con el mismo resguardo laboral que sus colegas masculinos.
Por estas diferencias que existen en el fútbol, Paula destaca profundamente la sororidad. “Todas vivimos casi lo mismo, entonces sí existe mucha hermandad, empatía”, indica.
Sin embargo, no titubea al decir que tiene el apoyo de los directivos de su club, pero no así el de otros hombres.
En ese sentido, señala no estar ajena a las demandas del movimiento feminista y destaca el empoderamiento que han tenido las mujeres al momento de sacar la voz.
“He estado siguiendo el tema, he analizado lo que pasa en los diferentes movimientos y siento que ahora las mujeres están más preparadas y sí siento que hay un par de grupos de mujeres que manejan más contenidos y que están pensando de la forma correcta, que no es ser feminista porque los hombres no existan, sino que ser feminista e incluirlos también. En eso estoy de acuerdo”, enfatiza.
—¿Te consideras feminista? —Sí, me considero feminista en ese sentido. Es decir, no feminista en “vamos a eliminar a los hombres”. Creo que los hombres también tienen que estar y tenemos que trabajar en conjunto.
—¿Qué mujeres te inspiran? —Hay muchas que me inspiran en relación a lo que hacen en el arte, escritura. Isabel Allende es una mujer muy interesante en lo que hace. También sigo algunos trabajos de mujeres científicas en relación a lo que pasa ahora con el medio ambiente, pero no soy muy de “este es mi ídolo”. Ni siquiera voy a recitales porque no me interesan. No creo en eso. Saco un poquito de todo, no soy una persona seguidora fiel de alguien, de mí nomás y de nada más.
Para Paula lo que más ha marcado su carrera de forma positiva ha sido cambiarle la vida a las personas con las que ha trabajado. Sin embargo, no esconde que también ha pasado muchos episodios negativos.
“Por un error me liquidaban”, recuerda sobre sus primeros años laborales. Pero estos hechos han quedado atrás, ya que se ha ganado, con creces, un espacio en el fútbol.
“Ya estoy más cuero de chancho”, bromea.
—En estos 16 años de carrera, haz hecho que tu trabajo hable por ti. Proyectas ser una mujer fuerte, aperrada, pero en concreto, ¿cómo te gustaría que te recordaran? —Me gustaría que me recordaran por transformar el fútbol en una herramienta social. Me gustaría que gracias al proceso en el que se formaron niñas y niños, se logró cambiar la vida a esas personas, a esas familias, al fútbol chileno y que esas personas sigan cambiando la vida de otras más. Eso es, dejar un legado.
El conductor de CNN Chile Radio habló en la sección Cuestión de Opinión sobre las descalificaciones del mandatario argentino al presidente Gabriel Boric. "No responder con otro insulto es optar por la empatía y la posibilidad de entendimiento. Es una elección que cierto, es difícil. Habla, sin embargo, de la mejor versión de quienes somos y de quienes queremos ser", comentó.