La histórica voluntaria de la Primera Compañía de Bomberos de Curacautín (91), cumplirá 64 años en servicio. En conversación con CNN Chile, habló de su vocación, defendió el carácter voluntario de la institución y se conmocionó con las distinciones que ha recibido. "Me emocionan las entrevistas y los homenajes que me hacen", confesó.
Es una de las personas más querida de su comuna. Irradia alegría cuando transita por las calles de Curacautín, Región de La Araucanía. En cada esquina se da el tiempo para saludar de forma cariñosa a todo aquel que se le acerca. Muchos la admiran porque la consideran una referente. Cómo no, si es la primera bombera de Chile y la segunda del continente, tras la cubana Enriqueta Reyes González.
Delfina Fonseca Melo (91) estuvo ligada a la institución desde muy pequeña. Su pasión nació porque su hermano, Benjamín, era voluntario. Ella frecuentemente le llevaba su equipo cuando sonaban las sirenas, por lo mismo, la apodaron “la bombera chica”.
El rol de su madre también fue clave. “Era muy entusiasta. Ella cuando había un incendio llevaba café y una tetera a los voluntarios”, recuerda Delfina en conversación con CNN Chile.
Por vocación fue una de las fundadoras de la “Brigada Femenina”, transformando a la Primera Compañía de Curacautín en pionera dentro del país en la inserción de la mujer al servicio bomberil. Estaban encargadas de brindar los primeros auxilios a las víctimas de los incendios y entregaban apoyo logístico a las familias afectadas.
Sin embargo, motivada por su hermano —quien murió en 1993— decidió incorporarse oficialmente en la institución el 6 de abril de 1955, cuando tenía 27 años, sin saber que con esa decisión estaba haciendo historia en Chile.
Su primer llamado ocurrió por un incendio en un hotel cerca de su casa. En este entonces había pocos voluntarios y las emergencias eran complicadas. Las calles no estaban pavimentadas y los bomberos debían correr con los pitones a lugares donde no podían llegar los carros.
“A la hora que fuera iba. A veces con mi hermano nos quedábamos dormidos y mi mamá nos decía ‘¿para qué se meten a instituciones si no van a cumplir?’ Así que íbamos nomás, aunque lloviera y las noches estuvieran heladas”, dice entre risas.
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Fue así como Tita, como le dicen sus cercanos, fue poco a poco construyendo su trayectoria. Fue tesorera, sargento y teniente de mando de la Primera Compañía de Curacautín.
Al cumplir 50 años de servicio, en 2005, recibió la distinción de “bombero insigne” y fue reconocida como la mujer con más años de labor en la institución en Chile.
10 años después, en el cuartel general de la comuna, realizaron una ceremonia por la nueva unidad de rescate. En la instancia, rindieron homenaje a Delfina por los 60 años de servicio y, entre la ovación de los presentes, bautizaron con su nombre un nuevo carro bomba.
Actualmente, cumplirá 64 años en la institución y su motivación por el servicio está lejos de terminar.
“Al tener la distinción de ‘bombero insigne’ por reglamento tiene que participar en un par de ceremonias al año, pero ella anda en todas, absolutamente en todas. Pide que la vayamos a buscar y anda preguntando cuándo hay reunión. Está muy presente en las actividades de bomberos”, afirmó Javier Pizarro Reckmann, Superintendente de Bomberos de Curacautín.
“Ellos (sus cofrades) son muy buenos, cariñosos y muy respetuosos conmigo”, añade emocionada Tita cuando se refiere a la excelente relación que tiene con los voluntarios.
Vocación de oro
Los gestos de cariño y reconocimientos suman y siguen en la vida de Delfina. Este 5 de marzo llegó a Santiago por la presentación del libro Las primeras mujeres que abrieron camino en Chile de Ediciones El Mercurio.
El ejemplar reúne historias de mujeres pioneras en distintas áreas y Tita es una de las destacadas junto a figuras como Eloísa Díaz, Gabriela Mistral y Daniela Vega.
“Me contó de su viaje a Santiago y estaba muy agradecida por el cariño que le entregaron los bomberos de la Región Metropolitana. Ella se merece todos los reconocimientos que se le han dado”, añade Javier Pizarro.
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El oficio de Delfina sigue impresionando a todo aquel que la conoce. “Tiene una vocación de oro. Es una persona que a pesar de su avanzada edad hace todo sola, es absolutamente autovalente y siempre está en contacto con los bomberos y preocupada de nuestro accionar. Es realmente impresionante”, reflexiona el Superintendente de Bomberos.
Agrega, además, que “podría estar en su casa esperando que le rindan todos los honores que se merece, pero sigue siendo muy activa”.
Una referente
Con la personalidad aguerrida que la caracteriza, defiende totalmente el carácter voluntario de la institución. Para ella, el mejor pago que pueden tener es la gratitud de la gente a la que ayudan.
Por lo mismo, y debido a su gran experiencia en bomberos, con frecuencia entrega palabras de aliento para que las mujeres se integren. “Hay mucha gente que necesita de bomberos y bomberos necesita más gente”, enfatiza.
“Le encanta que haya mujeres en la compañía. Incluso, hay bomberas de todo Chile que, cuando pasan por Curacautín, nos preguntan por Delfina para conocerla. Siempre ha sido una referente, las inspira”, cuenta con orgullo Javier Pizarro.
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Pese a que ha tenido diversas distinciones a lo largo de su vida, sigue conmocionándose cuando la destacan, la saludan en la calle, la llaman para conocer sobre su vida y la tratan como referente. “Me emocionan las entrevistas y los homenajes que me hacen”, asegura.
En la misma línea, se sincera al hablar de sus convicciones, las cuales se basan en la vocación y la humildad. Es por esta razón que, antes de terminar su conversación con CNN Chile, decide entregar un mensaje a todas las mujeres.
“A todas les digo que sigan adelante y luchen por sus vocaciones. No pasen a llevar a la gente porque todos somos iguales. Hay que ser humildes, respetuosos y trabajar para cumplir los sueños”, concluyó Tita.