Desde los 6 años las niñas comienzan a auto percibirse como menos inteligentes que los niños producto de estereotipos que impactan directamente en la formación de los intereses de las menores y en las decisiones que tomarán a futuro. Las organizaciones Inspiring Girls y Niñas Valientes comparten con CNN Chile sus experiencias promoviendo la equidad a través de la educación.
De acuerdo con un reporte del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), casi una de cada cuatro niñas de entre 15 y 19 años en todo el mundo no recibe educación, empleo o capacitación, en comparación con uno de cada 10 niños.
Y eso no es todo, porque las menores que sí logran acceder a estos espacios enfrentan una serie de estereotipos y expectativas de género que, en muchos casos, coartan sus trayectorias futuras.
Un estudio publicado en la revista Science reveló que las niñas comienzan a auto percibirse desde los seis años como menos inteligentes o “brillantes” que los niños. Según los científicos, esto se debe a que la socialización recibida durante la infancia está profundamente permeada por ciertos patrones de género.
Estos estereotipos impactarán directamente en la formación de los intereses de las niñas y en las decisiones que tomarán a futuro. “A una edad temprana, los estereotipos de la sociedad pueden marcar diferencias en la trayectoria“, dijo a BBC Andrei Cimpian, uno de los autores del estudio.
Crédito: Agencia Uno
En su investigación, los expertos hicieron que un grupo de menores de cinco, seis y siete años participaran en varias pruebas. Inicialmente, vieron que tanto los niños como las niñas creían que su propio género era “brillante”, pero un año después empezaron a surgir diferencias de género.
“A los cinco, seis o siete años no estás pensando en tu carrera, pero pronto empezarás a tomar decisiones sobre en qué asignaturas matricularte o qué clases extraescolares tomar (…) Incluso si las diferencias iniciales son pequeñas, pueden convertirse en algo mucho más grande“, sostuvo Cimpian.
Trabajando por la educación de las niñas
Según la Iniciativa para la Educación de las Niñas de las Naciones Unidas (UNGEI), el camino hacia la equidad de género pasa por la educación. “Cuando las niñas obtienen la instrucción que necesitan, hay un efecto dominó que beneficia a todos”, señalan en su sitio web.
En Chile, diversas son las iniciativas que buscan acercar la educación a las menores y derribar estereotipos de género, tal como es el caso de Inspiring Girls, una institución que busca aumentar la autoestima y ambición profesional de las niñas poniéndolas en contacto con mujeres referentes del país.
Muchas de las “speakers” que participan de estas instancias son de industrias masculinizadas. “La mayoría de ellas no tuvo referentes femeninos en estas áreas, por lo que quieren que las nuevas generaciones sí las tengan”, detalla a CNN Chile Macarena Salosny, presidenta de la Fundación Inspiring Girls.
“Son mujeres reales, cotidianas, como tú o yo, que abren un poco su corazón, comparten su experiencia y les dicen a las niñas ‘oye, el hecho de ser mujer no te limita a ser ingeniera, a manejar una grúa o a trabajar en la industria de la energía’. Entonces, es ampliar las opciones profesionales de las niñas”, comenta.
Otra de las organizaciones que trabaja en esta línea es Niñas Valientes, quienes buscan promover la equidad y prevenir la violencia de género a través de la educación. Además, fomentan el desarrollo socioemocional y la salud mental en la niñez y adolescencia.
La directora general de la institución, Carla Ljubetic, explica que “también buscamos fortalecer la participación de niñas y adolescentes, entendiendo que son parte protagónica de la sociedad y que hay que entenderlas como personas con derecho a ser escuchadas e incidir en las temáticas que les interesan”.
Los desafíos de Chile
“En el ámbito escolar, son diversos los escenarios y contingencias en las cuales se configuran inequidades de género”, sostiene un informe de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) Chile. Según el estudio, las inequidades más significativas se dan en dinámicas al interior de las aulas.
La separación nítida entre hombres y mujeres, la ocupación del espacio, las formas de socialización y maneras de organizarse para las actividades “forman parte del menú de comportamientos en cuya base se anidan estereotipos que (…) estructuran pautas discriminatorias que lesionan la equidad”, señalan.
Según Carla Ljubetic, “el hecho de ser mujer y niña implica una desigualdad en los espacios que tenemos para desenvolvernos (…) y eso nos va atravesando en todo el desarrollo de nuestra niñez, adolescencia y también va a impactar en las trayectorias educativas, académicas y profesionales”.
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“Respecto al sexismo en la educación, en las mismas aulas vemos esa diferencia. A los niños se les potencia a desarrollarse en determinadas áreas y a las niñas en otras y eso impactará (…) en sus intereses, decisiones, lo que querrán estudiar o trabajar y en cómo confían en mis propias capacidades”, dice.
La psicóloga recalca que “la diferencia de los resultados que podemos tener en las trayectorias educativas y laborales entre mujeres y hombres tiene mucho que ver con la confianza que las mujeres tienen en sus propias capacidades. Ese es un factor que determinará las elecciones que harán”.
Crédito: Agencia Uno
Los resultados de la Prueba de Transición Universitaria (PTU) revelaron que las brechas de género no solo se acrecentaron a favor de los hombres en matemáticas y ciencias, sino que también se revirtió la histórica ventaja que las mujeres tenían en comprensión lectora.
“Hay un ecosistema en Chile que muchas veces merma las aspiraciones profesionales de las niñas, ya que hay estudios que indican que los docentes prestan menos atención a las niñas en clases de matemáticas y las relacionadas con las ciencias. Hay prejuicios que los mismos docentes tienen, sesgos que son inconscientes”, afirma Macarena Salosny.
La presidenta de Inspiring Girls sostiene que “si un docente -que es una persona que va a generar una tremenda influencia en la auto percepción de un adolescente- cree que las mujeres no son buenas para las matemáticas (…), la niña se lo va a creer. Esto se suma a los prejuicios y sesgos inconscientes que pueden tener las mismas familias”.
¿Cómo avanzar?
Para Carla Ljubetic, la desigualdad de género en materia de educación es un problema “sistémico y multidimensional que requiere (ser abordado) desde distintos focos”. En un plano institucional, “necesitamos un modelo educativo no sexista que en múltiples dimensiones fortalezca la equidad de género, potenciando el desarrollo socioemocional y la educación sexual integral”.
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“Aquí también se puede pensar en un trabajo intersectorial, no solo desde el sistema de educación, sino que también desde el sistema de salud y el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género. Hay un trabajo articulado super importante que hacer para poder enfrentar estos problemas”, añade la especialista.
Finalmente, la psicóloga realza la importancia del proceso constituyente, ya que es una “oportunidad única y clave para avanzar en que sea el Estado el que pueda garantizar ciertos derechos” en materia de equidad de género en la educación. “Nosotras hablamos de la equidad de género y de educación no sexista, pero finalmente esto va a impactar en la calidad de vida de todos”, cierra.