El nuevo lanzamiento de ASUS destaca en un océano de equipos con GPU de alta gama gracias a su refinada construcción metálica más sobria que otros notebooks gamer. Este no solo se enfoca en el consumidor exigente en prestaciones para jugar a los AAA actuales, sino que también en el ambiente ejecutivo con su diseño limpio sin RGB, sofisticado y de aluminio premium. Acá lo más destacable.
(Review) – Si hay algo que ASUS viene haciendo muy bien en la última década ha sido en el diseño de cada nueva entrada tecnológica en su completo portafolio. Sus notebooks han adquirido notoriedad en base a excelentes pantallas, innovaciones, prestaciones tope de línea y, en particular, un diseño que no deja a nadie indiferente.
Es lo que se espera de equipos que tienen un costo elevado dentro del mercado. Quienes buscan algo distinto y en particular obtener performance y ultra portabilidad no pueden saltar ninguno de los modelos de ASUS. Ese fue mi caso en 2017 cuando salté al mundo ultracompacto con el entonces poderoso y delgadísimo ROG Zephyrus GX501: no podía creer que metieran una Nvidia GTX 1080 en una hoja metálica de apenas 2,2 kilos.
Siete años después de esa asombrosa experiencia, podemos valorar los tremendos saltos en la cada vez más competitiva escena del gaming ultracompacto con el ROG Zephyrus G16, y también revisar cuántas observaciones persisten en un segmento que siempre promete rendimiento top -esta vez gracias a la serie 40 de Nvidia- pero cuyos enemigos clásicos han sido la temperatura y la duración/vida útil de la batería. Analicemos.
El equilibrio perfecto
Lo primero que se nota en este modelo es la limpieza en su diseño. Ya no es el audaz y llamativo diseño gamer vistoso que interrumpe reuniones, sino que más bien una delgadísima y uniforme construcción enteramente de aluminio con detalles premium tan sutiles como el grabado de Republic of Gamers al costado inferior o el botón de encendido que es de vidrio.
La portabilidad es absoluta, pesando apenas 1,85 kg, un nuevo estándar en esta materia para computadores de estas prestaciones.
Sí, debía tener algo característico, y esta vez es la luz diagonal configurable (Slash Lighting) que permite recordar que se trata de un terminal gamer. Aunque la intención de ASUS está bastante clara y es acercar el equipo a la versatilidad de uso en lugares donde socialmente no son bien recibidas las turbinas y el RGB, como la oficina, reuniones o el aula universitaria.
Y más que el lenguaje de diseño, es también el uso diario el que te recuerda lo premium, que es al percatarte de detalles como que en modos de energía equilibrados no suena prácticamente nada o que lo puedes abrir con una sola mano.
Pero hablemos de desempeño. A la hora de la cotización según las specs, este modelo entrega todo lo que un gamer en 2024 debiera tener, comenzando con una pantalla con bordes mínimos, OLED con un tiempo de respuesta de 0.2ms y refresco de 240Hz compatible con G-Sync.
Eso sumado a lo que la firma denomina ASUS Nebula Display, un estándar de imagen que ofrece vibrantes colores y contraste.
En títulos con énfasis en los ambientes, como Forza Horizon 5 o Spider-Man, la imagen y fluidez es realmente espectacular.
Cabe destacar que uno de los avances principales en esta iteración de la gama Zephyrus está en las nuevas y pequeñas aspas de los ventiladores (Arc Flow Fans de 2da generación) y un nuevo heatpipe, lo que permite una mejor liberación del aire caliente en un espacio tan compacto como lo son los 1.49 centímetros de ancho. Esto termina repercutiendo no sólo en la perfomance en general del sistema, también lo hace en la buena conservación de la pantalla OLED.
El desafío de la temperatura no es menor, ya que en varios modelos de notebooks del segmento ultracompacto el límite aceptable de 90°C se alcanza con rapidez, especialmente en verano, y con ello comienza una baja de desempeño en la tarjeta de video. De ahí algunos tartamudeos en momentos indeseables.
Con una Nvidia RTX 4070 (8GB GDDR6), Intel Core Ultra 9 y 32 GB RAM, en el Zephyrus G16 experiemtamos un desempeño tremendamente positivo en su display de 2560 x 1600 (o 2,5K). Call of Duty MW3, Assasins Creed Valhalla, Forza Horizon 5 superan de manera sólida los 100 fps en Ultra y distintas settings de DLSS en Calidad.
Ya explotando al máximo con CyberPunk 2077 con alta calidad habilitada, incluyendo Ray Tracing -y Path Tracing deshabilitado-, junto con Frame Generation, fluctúa en zonas cercanas a los 60 fps. Dependiendo de las concesiones visuales clásicas, como escatimar en Oclusión Ambiental, el RT u otros efectos, se obtienen sin problemas framerates constantes y un gameplay fluido.
Además, al tratarse de un equipo que cuenta con una Nvidia de serie 40, ya podemos asegurarnos de acceder a soluciones de DLSS que ya va en su versión 3.5, logrando cada vez mejor antialiasing sacrificando cada vez menos recursos.
En palabras simples, y con certeza, el Zephyrus G16 no te dejará tirado en ningún título AAA lanzado hasta la fecha y seguramente tampoco lo hará en juegos exigentes que vengan al menos en los próximos dos o tres años.
Finalmente, agradecido de contar con un slot para tarjetas SD que tan útil y escaso hoy por hoy resulta para fotógrafos, editores y creadores de contenido en general.
Energía y temperatura
Retomando la constante duda de qué pasa cuando el PC se empieza a sobrecalentar, en este caso el diseño metálico sigue amplificando la sensación de “esto se va a derretir en cualquier momento”.
Jugando Call of Duty más de 1 hora, con el ventilador dándolo todo, resulta inevitable sentir la exhalación de temperatura hacia las manos y hasta tener zonas del equipo derechamente hirviendo, en particular en la zona superior del teclado.
Siendo honesto, en ese combate esperaba mucho ruido, y efectivamente lo hay. Nada, eso sí, tan ruidoso si lo comparamos con otros equipos del segmento gamer ultra competitivo que poseen modos Turbo u otros más grandes como los de la gama ROG Strix, pero a mi parecer los nuevos ventiladores logran apenas lo suficiente para los títulos AAA actuales con utilización constante de la GPU al 90%, es decir, sobre la marca de las 2 horas ya se experimentan diversos tartamudeos dependiendo del título y la calidad en la que se esté ejecutando.
Y si bien todo este testeo ocurre con el computador enchufado, sí podemos dar cuenta de cambios agradables que ayudan a sentir que la batería no se está muriendo con cada uso conectado a la corriente, ya que la GPU se desconecta una vez que seleccionamos un modo de energía equilibrado.
Con ello, sí se puede hacer trabajo de productividad (navegación, software de edición, streaming, etc.) tras varios meses de uso, ya que, en contraste, otros equipos están siempre con la GPU conectada, gastando más energía y reduciendo la vida útil de la batería. Destaco también que el nuevo puerto de carga cuadrado y la batería de 90 Wh logran cargas rápidas de 0% a 50% en apenas 30 minutos.
Eso sí, hay que ir recordando constantemente aquello del modo de consumo energético, ya que en varias oportunidades lanzaba juegos que no detectaban la tarjeta gráfica. Es más, en el primer boot no pude actualizar los drivers directamente porque el instalador decía que no tenía una GPU Nvidia. Claramente, era que simplemente no estaba conectada, lo que me obligó a escoger un modo de energía distinto y reiniciar. Un ritual curioso.
En suma
Para quienes andan de un lado al otro con su notebook de trabajo, pero que tampoco suelen perderse los últimos lanzamientos, el Zephyrus G16 2024 es uno de los mejores notebooks que el dinero podría pagar.
Hago énfasis en el tema del dinero, ya que de lanzamiento en Chile bordea los $3 millones, cifra no menor. Pero llevar algo tal ligero en la mochila (menos de 2 Kg con cargador) y sostener con una sola mano sin esfuerzo alguno esa limpia hoja metálica OLED de 240 Hz es un lujo para cualquiera que la vea. Es una inversión duradera y una experiencia todoterreno.