Apple presentó hace algunas semanas su nueva familia de poderosas tablets, que finalmente han arribado a nuestro país. Tuvimos la oportunidad de probar sus nuevas características y estas son nuestras impresiones.
Las tablets históricamente se han ubicado “entre medio”. Entre medio en términos de tamaño, si las colocamos en ese espacio nebuloso entre un smartphone y un computador portátil. Y dentro del segmento que define su uso, tenemos una audiencia que atraviesa todos los segmentos, cosa que creció en demanda aún más después de la pandemia.
Básicamente, tenemos al usuario casual, que enfoca su uso de manera más bien ocasional, utilizando las virtudes de una pantalla más grande, sin caer en el peso de un laptop, para desarrollar tareas más bien orientadas al ocio y el entretenimiento, ya sea navegación por fredes sociales con mejor uso de las posibilidades multimedia de audio y video, ver películas, Youtube o series de televisión vía streaming, jugar videojuegos acaso algo más complejos y, por supuesto, realizar tareas de productividad -correo, una presentación o incluso desarrollar un texto, especialmente si tiene el preciado accesorio del cobertor con teclado.
Luego, tenemos al usuario pro o power user, ese que la tablet es derechamente una herramienta de trabajo diría, capaz de complementar el trabajo más duro que puede ser realizado a través de un notebook o computador de escritorio. El nuevo iPad Pro definitivamente está orientado a este tipo de audiencia, dadas las muy poderosas prestaciones que ofrece la nueva tablet tope de línea de Apple.
Apple, se sabe, desde que introdujo el iPad, el año 2010, ha mantenido un especial cuidado a la hora de presentar este dispositivo y sus múltiples variantes. Y vaya que han hecho un buen trabajo a lo largo de los años.
Mal que mal, hablamos de un posicionamiento único dentro de este segmento, que probablemente deja en términos generales muy atrás a cualquier otra variante Android, a pesar de que, efectivamente, existen muy buenas alternativas de parte de múltiples fabricantes.
Apple sabe que no está solo, pero sabe que su dispositivo -y el sistema operativo que acompaña, iPadOS- funcionan mejor que las contrapartes en Android que, seamos honestos, en términos de software y usabilidad siempre ha estado históricamente al debe o un paso más atrás que un iPad.
Y tras la presentación de la nueva generación de iPads, en la ciudad de Nueva York, la distancia puede que se haya acrecentado aún más para la competencia. Desde su increíble y ultradelgado diseño a sus poderosos componentes (y sui precio), el nuevo iPad Pro es sin duda la tablet más capaz, sofisticada y poderosa que haya fabricado Apple. Pasemos a revisarla en su modelo de 13”.
Diseño, pantalla y silicona
Como dispositivo, el iPad Pro es una maravilla. Su forma tradicional se mantiene amparada en una pantalla OLED Ultra Retina XDR (2752 x 2064) Pro Motion de 13” con una tasa dinámica de refresco de hasta 120 Hz. En realidad, lo que ha hecho Apple es incluir dos displays OLED juntos o “en tandem”, como lo describe la compañía para lograr un nivel de visionado realmente único en su especie.
Incluso, en los modelos de los 1 y 2 TB de almacenamiento, se puede optar a nano texturas para el display. El resultado es una visualización perfecta para un aparato de estas características y, por lejos, la mejor pantalla disponible en el mercado.
Otro detalle fundamental en este tipo de dispositivos: la pantalla viene con una capa anti reflejos y oleofóbica, que hace que jamás una huella digital quede marcada en la pantalla. Útil.
Viene en dos colores -negro espacial y plateado- y su diseño es imposiblemente delgado, con apenas 5.1 mm de grosor. Es lo más delgado que hemos experimentado en estas lides, más aún considerando toda la potente tecnología que viene en su interior. Tiene un peso de 579 gramos, lo que está muy bien -de hecho, es el iPad más liviano fabricado por Apple-, aunque este va a aumentar considerablemente al momento de utilizar los accesorios cobertores.
De hecho, quizás uno de los elementos más reveladores del iPad Pro es que cuenta con el debut del nuevo procesador M4 fabricado internamente por la compañía. Esta poderosísima silicona es el corazón del dispositivo y estamos hablando de una cantidad de poder de cómputo superlativa que es capaz de realizar cualquier tipo de tarea, independiente de su carga, sin mayor esfuerzo, además de incluir funciones nativas como trazado de rayos y contar con un motor neuronal par aplicaciones de IA de hasta 16 núcleos.
Hablamos de apps de alta demanda como el Final Cut 2, el potente software de edición de video no lineal del que hoy Apple es propietario. Gracias a la inclusión del chip M4, los procesos de rendereo, por ejemplo, ahora hasta se duplican en velocidad.
Igualmente, ahora también permite contar hasta con cuatro veces más soporte para streams ProRes RAW o la característica multicámara que permite conectar y monitorear hasta cuatro cámaras de manera simultánea, a partir de un solo iPad, sin que al sistema siquiera le dé hipo. La performance es muy buena, hay que decirlo.
Todo lo anterior va complementado con 16GB de memoria. Y en cuanto a almacenamiento, el iPad Pro es flexible y ofrece versiones con 256 y 512 GB y 1 y 2 TB. Finalmente, cuenta con cuatro parlantes y una cámara trasera ancha de 12MP y un zoom digital de hasta 5x, autofoco, grabación 4K hasta 60 fps y todas las ya clásicas funcionalidades fotográficas de Apple, además de otra frontal, también de 12MP, para modo horizontal, ideal para selfies, videollamadas, etc.
Accesorios necesarios
Como buena tablet, hay accesorios que complementan enormemente su uso y su protección. Personalmente, es en la adición de accesorios donde la tablet realmente brilla y saca todo su potencial. De entrada, tenemos el Smart Folio, el tradicional cobertor para iPads que, personalmente, no es tanto de mi agrado, ya que siento que su imán para mantener fija la tablet es muy débil y los ángulos de postura para inclinar el iPad siempre se me hacen incómodos y poco prácticos. Aunque también pueden ser mi falta de habilidad manual.
En cambio, el nuevo magic keyboard que ha estrenado la compañía es una verdadera maravilla. Hablamos de un sólido cobertor que también hace las veces de teclado y de apoyo de la pantalla para entregar una comodísima y sólida experiencia productiva y de ocio.
En verdad, la adición de este teclado/cobertor -que dista mucho de ser una bagatela en términos de precio- transforma y aumenta considerablemente la experiencia de uso, al nivel que se podría perfectamente igualar (casi) con la experiencia de un MacBook. Y es en este punto dónde me asalta una duda existencial respecto a qué producto utilizar. Porque salvo detalles, el desempeño, el rendimiento y las posibilidades del iPad Pro están a la par de un MacBook Pro. Pero claro, la usabilidad no será exactamente la misma, así que ¿cuál me conviene?
Porque hay que entender que quizás para la mayoría, el uso de un iPad obedece más bien a un carácter complementario, ya sea com o segunda pantalla o como acompañamiento en terreno. A título personal, tengo muy definido el uso que le puedo dar a una tablet, ya sea para ocio o como anexo de productividad. Pero claro, este nuevo iPad Pro es una nueva bestia.
La respuesta me la dio un ejecutivo de Apple, justamente durante su lanzamiento: si el uso que se le va a dar implica tocar e interactuar con elementos de la pantalla, la opción es obviamente un iPad. En cambio, si la interacción se va a hacer principalmente a través de un teclado, entonces el MacBook es claramente la alternativa. Suena sensato porque la verdad, la línea entre ambos productos se hace cada vez más difusa.
Pero claro, falta la guinda de la torta: el Apple Pen, que igualmente transforma el uso, especialmente en términos productivos y creativos, que se le pueda dar a la tablet. Esta nueva generación de lápices digitales amplía aún más el rango de posibilidades. Desde las respuestas hápticas a la ausencia de latencia a la hora de “pintar”, la experiencia realmente es lo más cercano a la perfección, especialmente para trabajos de arte y creación.
En definitiva, el nuevo iPad insignia de Apple es una bestia tecnológica y de productividad que, dejando de lado sus valores, puede llegar. Ser una de las mejores herramientas digitales que mezclen la experiencia táctil, gran procesamiento, una pantalla delgadísima, liviana y una multiplicidad de funciones para todo tipo de necesidades.