La periodista, que compitió como independiente en el pacto Vamos por Chile por el D17, es una de las 155 convencionales electas. En entrevista con CNN Chile, aseguró que el partido le dio "absoluta libertad" y no tuvo conversaciones dogmáticas ni valóricas "con nadie de la lista". Además, agrega que, pese a que la derecha no obtuvo el tercio, el quórum obligará a llegar a consensos.
Soy Bárbara Rebolledo (48 años), constituyente electa por el distrito 17, competí como independiente con cupo Evópoli en la lista Vamos por Chile. Soy periodista, una persona de región y amante de mi país. Soy una enamorada de mi tierra y con ganas de defenderla y luchar por ella, para que nuestro país se una, pueda integrarse y nunca destruirse. Tenemos en juego en esta Constitución lo más importante, la esencia por la que tantas personas han luchado y nosotros sólo debemos engrandecerla.
La descentralización es un tema fundamental. Los derechos sociales también. Es muy importante la incorporación de la salud mental y la rehabilitación a las adicciones. Para mí es super importante lo que tiene que ver con equidad de género. Quiero avanzar en el reconocimiento del trabajo de la mujer dueña de casa. El formar familia como un derecho fundamental de nuestra sociedad y quiero que, aunque es más materia de leyes, logremos que el sistema público establezca un tratamiento de infertilidad. Tengo un compromiso que he adquirido: el derecho a formar familia. Los niños también son un tema muy importante, la adopción es una temática que ha sido inherente a mí y por la que tenemos que dar la cara.
La noche del 16 de mayo estaba con mi papá, mi marido, mis niñitas, el jefe de campaña y de territorio de mi equipo. Estaba bien tranquila y hasta que no teníamos el 50% de los resultados escrutados no quise celebrar. Recién ahí dije “esto es irreversible” y ahí celebré. Abrimos una botellita de champagne e hicimos un brindis.
Hay una mezcla de sentimientos con el triunfo. Primero alegría, porque la gente creyó en mí, honrada por la confianza que depositaron quienes votaron. También nerviosa, pero un nervio bonito. Nerviosa porque es una tremenda responsabilidad y evidentemente quiero que resulte lo mejor y sea una excelente Constitución, porque pasas a la historia con una Constitución que nos une como país o será una que nos empuje al precipicio. Hay mucha responsabilidad y uno tiene que trabajar para que se concrete de manera positiva.
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Los resultados de las elecciones me dejaron varias apreciaciones. Tenía claro que los independientes iban a tener un resultado mejor del que se esperaba y me di cuenta porque tuve mucho contacto con la gente, y lo que mas querían era que no estuvieras asociado a un partido político. Si bien siempre dije que iba con cupo Evópoli, la gente decía que creía en mí y me daba cuenta de la necesidad de las personas por buscar a quien no estuviera en un partido, porque los culpan del conflicto que tenemos en el Congreso, porque para la gente está compuesto por partidos que no resuelven sus necesidades reales. Hubo un castigo en las elecciones. En el imaginario colectivo está instalado que los partidos no han hecho el trabajo y los han desilusionado.
No necesariamente la gente tiene súper claro en qué consiste ser independiente, porque entre los independientes de la Lista del Pueblo hay posturas mucho más radicales que la de los partidos políticos.
Lo bueno de esta mezcla de distintas visiones políticas es que la Constitución tiene que ser escrita para todo Chile, en ese sentido, existe gran representatividad dentro de los 155. Que sea paritaria, la incorporación de los pueblos originarios, los independientes, eso nos va entregar que sea un diálogo muy rico. Tenemos que tener la altura de miras para entender, absorber y canalizar en la Constitución ese diálogo. Tenemos que cuidar todo lo que hemos construido y sobre eso ahora crecer más con igualdad, incorporando las diferentes realidades del país.
Mis propuestas nacen de mí y conversado con mi equipo, y sobre todo con lo que recogí en terreno. Mi propuesta jamás, y lo juro por mis hijas, nunca la conversé con Evópoli, nunca me preguntaron o si les parecía o no. Me dieron el cupo y una absoluta libertad para trabajar. No he tenido conversaciones dogmáticas ni valóricas con nadie de la lista y lo que voy hacer es defender mi convicción y las de la gente.
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No me preocupa que no se haya llegado al tercio, porque siempre se vio como que era para vetar y lo que hay que buscar es el espacio para construir. Que nadie tenga el tercio nos obliga a conversar. El quórum, si bien es super alto (de 2/3), es un quórum de consenso. Nos quejamos que la Constitución actual fue hecha en dictadura e impusieron su mirada, ahora tenemos que revertir eso y que no se imponga una mirada de sólo un sector, sino que de todos y eso nos obliga a ponernos de acuerdo y buscar el bien común.
Muchas constituciones tienen una introducción que dice cuál es el alma de la Constitución y me parece bonito hablar del alma de la Constitución y me parece bueno dejar escrito que esta Constitución será escrita de manera paritaria, por primera vez incorporaremos a los pueblos originarios, con los que estamos al debe, y que nace de una propuesta ciudadana que ha sido construida en democracia. Es fundamental que dejemos establecido que en el centro está la persona y que el Estado está al servicio de ella, no al revés.
La Constitución tiene que ser corta, simple, con un lenguaje mucho menos docto, porque lo que necesitamos es que la gente pueda acceder a ella. Recordemos que hay un plebiscito de salida y lo que uno espera es que la lea y vote a conciencia.
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El primer desafío que tenemos es que cada constituyente actúe desde el corazón, entendiendo la tremenda responsabilidad que tenemos. La Constitución no es una venganza, una manifestación deseos personales ni un plan de gobierno. Quedaría contenta si logramos cada uno dialogar a conciencia, con corazón, siempre pensando en el bien común, con responsabilidad y mesura.
Me encantaría que la presidenta de la Convención fuese mujer. La persona que sea presidenta o presidente de la Convención debe ser alguien con capacidad de diálogo, con ganas de integrar ideas diferentes y que no busque castigar tendencias, sino rescatar lo mejor de cada una de ellas.