"Tal como lo expresé públicamente en septiembre de 2020, decidí renunciar a mi cargo luego de reconocer que mi estado de salud no se originaba en un cáncer, sino que en otras enfermedades, e informé que dejaría de trabajar en la Convención hasta que se me permitiese renunciar formalmente", estipuló el ahora ex convencional en una carta oficial enviada a la presidenta María Elisa Quinteros.
Este viernes, a través de una misiva oficial dirigida a la presidenta de la Convención Constitucional, María Elisa Quinteros, el ex representante de La Lista del Pueblo, Rodrigo Rojas Vade, renunció definitivamente a su cargo dentro del órgano constituyente, según informó la corresponsal de CNN Chile en la Convención, Josefina de la Fuente.
El pasado lunes 7 de marzo la Cámara de Diputadas y Dipurtados aprobó la reforma que permite la renuncia de convencionales, que luego se convirtió en ley y finalmente permitió a Rojas Vade, también conocido como “Pelao Vade”, presentar su renuncia.
Dicha ley señala que “sin perjuicio de los dispuesto en el artículo 60, los convencionales constituyentes podrán renunciar a su cargo cuando hechos graves afecten severamente su desempeño o pongan en riesgo el funcionamiento de la Convención Constitucional”.
“Tal como lo expresé públicamente en septiembre de 2020, decidí renunciar a mi cargo luego de reconocer que mi estado de salud no se originaba en un cáncer, sino que en otras enfermedades, e informé que dejaría de trabajar en la Convención hasta que se me permitiese renunciar formalmente”.
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Días antes de la decisión del Congreso, Rojas Vade había advertido que volvería para retomar sus funciones en la Convención si el parlamento no resolvía el mecamismo para su renuncia, sin embargo, esto provocó críticas transversales de sus colegas, por lo que se apuró la aprobación de la ley en el Congreso.
Ahora, en la carta de su renuncia, sostuvo que “en ese momento no podía renunciar ya que eso solo era posible en el caso de una enfermedad grave que impida el ejercicio del cargo. Mi estado de salud jamás me impidió ejercer mis funciones dentro o fuera de la Convención, participé activamente e incluso fui vicepresidente de la misma, por lo que no cumplía con el requisito establecido en el artículo 60 de la Constitución para renunciar”.
Asisimo, recordó que “como es de público conocimiento, en septiembre de 2021 reconocí que nunca tuve cáncer y que jamás recibí quimioterapia, sino que se trataba de un largo camino de diagnósticos, hospitalizaciones y tratamientos que encubrí con una versión distinta”, pasando a listar 17 puntos, entre diagnósticos y síntomas. “Ha sido el peor error en mi vida, generé mucho dolor, decepcioné a miles de personas y nunca dejaré de estar arrepentido“, agregó.
Quizá podría haberme presentado en las manifestaciones con un cartel más grande, que hubiese dicho “tuve sífilis, gastroenteritis aguda febril, síndrome disentérico, enterocolitis por campylobacter, apendicitis, aplasia medular, síndrome emético, úlceras en diversas parte de mi cuerpo, sospecha de síndrome meníngeo, gastroenteritis infecciosa, enfermedad de Behcet, Giardiasis, Hepatitis A, Síndrome Vertiginoso, síndrome diarréico recurrente, sospecha de síndrome autoinflamatorio, síndrome hemorrágico, infección urinaria alta, alguna espondiloartritis quizá relacionada con enfermedad inflamatoria intestinal, púrpura trombocitopénica ideopática”, continuó señalando el ahora ex convencional.
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En cuanto a las críticas recibidas por personas y organizaciones representantes de pacientes con cáncer, Rojas Vade respodió que “nada de lo que yo pueda hacer o decir cambiará el pasado, no hay forma de reparación completa, no hay sanciones que permitan eliminar todo el dolor. Frente a mi error, hice lo que cualquier persona debe hacer en ese momento: Reconocerlo, salir de la esfera pública, enfrentar los procedimientos judiciales y administrativos iniciados, presentar mi renuncia y devolver o donar los honorarios por el tiempo que no trabajé”.
“Nadie debería sentir vergüenza por su salud ni tampoco esconderla tras otra“, sostuvo ante su caso, añadiendo que “cualquier persona que falte a la verdad debe enfrentar su error y aceptar las consecuencias, no esconderse, ni acusar persecución política y menos volver a lo público como si nada. Es usual en nuestro país que eso suceda, que quienes mienten incluso sean reelegidos en sus cargos, aún cuando hayan sido condenados por la justicia. No es mi caso. Espero que quienes desde el mundo político me criticaron usen el mismo estándar con sus correligionarios“, a pesar del mecionado episodio público en que dejó entrever que podría retomar sus funciones.