En Tailandia, un reporte realizado en marzo daba cuenta de un forense que se infectó, probablemente, tras manipular el cuerpo de un infectado. Las autoridades internacionales han entregado lineamientos para abordar el contacto con fallecidos.
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En Madrid, España habilitaron una pista de patinaje de hielo para almacenar cadáveres. En Guayaquil, Ecuador, a principios de abril, había tantos cadáveres que podían verse en las calles y muchas familias pasaron días con los cuerpos de sus seres queridos dentro de sus casas. En Sao Paulo, Brasil, los sepultureros están cavando decenas de fosas en el cementerio más grande del país, que ya tiene más de 1,5 millones de tumbas.
El coronavirus ha saturado el sistema de salud y el sistema funerario de varios países igualmente a medida que los casos superan los 2,6 millones y 181.000 muertes a nivel global.
Esto plantea una pregunta: ¿podrían ser los cadáveres un foco de infección?
Para el Dr. Elmer Huerta, especialista en Salud Pública y colaborador de CNN en Español, la respuesta corta es que sí.
“Existe toda una clasificación de los patólogos, los forenses, para determinar si un cadáver puede ser contagioso y los de COVID-19 están una categoría menos que el ébola. Por eso se dice que las personas no deben acercarse al familiar, no deben abrazarlo, y deben ser cremados. Son las secreciones que puede tener el cadáver las que pueden ser contagiosas”, explica el doctor.
Según una guía de la Organización Mundial de la Salud (OMS) del 24 de marzo, sólo los pulmones de los pacientes, “si se manejan mal durante una autopsia, pueden ser infecciosos”.
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A la fecha del reporte de la OMS, decían que no había evidencia de personas que se hubieran contagiado de los cuerpos de las personas fallecidas.
No obstante, aclaran que para manejar un cadáver, el personal funerario o forense debe usar protección facial, mascarillas, gafas, guantes y batas si hay riesgo de estar en contacto con fluidos o secreciones de los cuerpos.
“Se debe asegurar que los fluidos corporales que se filtran de los orificios deben ser contenidos”, recomienda la OMS. “Movilice y manipule el cuerpo lo menos posible. Envuelva el cuerpo en tela y transfiéralo tan pronto como sea posible a la zona mortuaria”.
Un reporte de Tailandia hecho en marzo de este año, cuando habían apenas 272 de casos, señaló que un forense que manipuló cuerpos de pacientes de COVID-19 muy probablemente se contagió por los cadáveres.
Vista aérea de los ataúdes que están siendo enterrados en una nueva zona del cementerio Parque Taruma en Manaus, Brasil. Nuevas tumbas están siendo cavadas para los fallecidos por coronavirus. (MICHAEL DANTAS/AFP via Getty Images)
“Según nuestro conocimiento, este es el primer reporte de infección y muerte entre el personal médico de la unidad de Medicina Forense”, destacó el estudio que ha sido reseñado por la revista Scientific American.
Según explica el estudio, en ese entonces no se había reportado contagio comunitario, por lo que es probable que el forense se haya contaminado de muestras o cadáveres.
“Un cadáver puede ser contagioso por horas, si no es que por días”, le dijo a Scientific American el doctor Otto Yang, del Departamento de Medicina y el Departamento de Microbiología, Inmunología y Genética Molecular de la Universidad de California en Los Ángeles. “El virus estaría aún en las secreciones respiratorias, y potencialmente se reproduciría en las células que aún no han muerto en los pulmones”, aclara, una posición que coincide con la del doctor Huerta.
En las recomendaciones de los Centros para el Control de las Enfermedades de EE.UU. (CDC) para manejar muestras de personas fallecidas por covid-19, se destaca que la ruta usual de transmisión, de persona a persona por gotículas cuando se tose o estornuda, no es una preocupación “al tratar con cuerpos humanos o hacer procedimientos postmortem”, indican.
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No obstante, recomiendan transportar los cuerpos con COVID-19 o que se sospecha que puedan tener el virus en bolsas que deben ser desinfectadas con sustancias que maten el coronavirus, y se deben usar guantes.
Por las medidas de cuarentena y distanciamiento social, los funerales, entierros y velorios han sido cancelados en varios países.
“Las personas deben considerar no tocar el cuerpo de alguien que ha muerto por COVID-19. Las personas mayores y las personas de todas las edades con afecciones de salud subyacentes graves tienen un mayor riesgo de desarrollar una enfermedad grave por COVID-19. Puede haber menos posibilidades de que el virus se propague por ciertos tipos de contacto, como tomar la mano o abrazar después de que el cuerpo se haya preparado para su visualización. Deben evitarse otras actividades, como besar el cuerpo, lavarlo y las personas deben cubrirse para estar junto al cuerpo antes, durante y después de que esté preparado, si es posible”, indican los CDC.