“Las enfermedades viajan en avión y no en burros”, dijo la ex primera ministra de Nueva Zelanda, Helen Clark, una de las investigadoras del Panel Independiente de Preparación y Respuesta a Pandemias. En el reporte, acusaron que los países empezaron a tomar medidas cuando las UCI estaban colapsadas.
(EFE) – “El sistema que el mundo tenía para afrontar pandemias es inservible y debe ser reformado para afrontar la próxima que llegue, pero los países también han sido responsables de la situación actual cuando prefirieron esperar a ver lo que pasaba en los primeros meses, sin tomar las medidas que hubiesen frenado el coronavirus”.
Esta es la contundente conclusión del Panel Independiente de Preparación y Respuesta a Pandemias, formado por expertos y personalidades que examinaron durante ocho meses los fallos que hubo en la gestión de la pandemia.
Esta misión le fue encomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que a la vez recibió instrucciones para ello de sus Estados miembros, alarmados a mediados del año pasado por la velocidad a la que se agravaba la pandemia y las sospechas de que esta entidad no había actuado correctamente en su fase inicial.
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Su principal conclusión es que globalmente el mundo demostró que no había aprendido nada de crisis pasadas y que la tragedia sanitaria, económica y social causada por el COVID-19 pudo haberse evitado.
El panel, que copresiden la ex mandataria de Liberia, Ellen Johnson Sirleaf y la ex primera ministra de Nueva Zelanda, Helen Clark, encontró que hubo una responsabilidad compartida y que evitar que situaciones tan graves se repitan requerirá una gran reforma internacional en la que los países deben comprometer recursos y voluntad política.
“El tiempo transcurrido desde la notificación de un grupo de casos de neumonía de origen desconocido a mediados de diciembre hasta la declaración de una Emergencia de Salud Pública Internacional (30 de enero de 2020) fue demasiado largo”, sostiene el panel en el informe que presentó hoy.
Clark indicó que la emergencia global pudo haber sido declarada el 22 de enero, tras la primera reunión del Comité de Emergencia de la OMS, que valora la gravedad de una amenaza sanitaria y recomienda si debe ser considerada una emergencia internacional, y no esperar a que este mismo grupo se reuniera un segunda vez.
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Sin embargo, si la OMS no actuó en ciertos momentos como debía fue porque no cuenta con los poderes que se requieren en una situación de tal gravedad, concluyó el Panel. “La OMS debe tener los poderes necesarios para investigar brotes que preocupen, de forma rápida y con garantías de que tendrá acceso, y disponer de la capacidad de publicar información sin esperar a la autorización del Estado miembro”, explicó Clark en la presentación del informe.
“Sensibilidades sobre soberanía no deben provocar demoras a la hora de alertar al mundo sobre la amenaza de un nuevo patógeno con potencial pandémico”, agregó.
Los países también tuvieron una gran parte de responsabilidad en la descontrolada propagación del coronavirus, conforme a las conclusiones del Panel.“Febrero fue un mes perdido en el que muchos más países podrían haber adoptado medidas serias para contener la propagación del SARS-CoV-2 y prevenir una catástrofe sanitaria, social y económica”.
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Clark recordó que la mayoría de gobiernos optaron por “esperar a ver lo que pasaba y no fue hasta que empezaron a ver que las unidades de cuidados intensivos se llenaban que empezaron a actuar, pero ya era demasiado tarde”.
“Hubo países que subestimaron el valor de la ciencia, negaron la gravedad de la enfermedad y tardaron en responder, lo que tuvo consecuencias nefastas”, añadió la copresidenta del Panel, cuya creación se produjo en medio del recelo que Estados Unidos había instigado contra la OMS.
Clark consideró que las reformas y nuevas reglas que se adopten para afrontar futuras pandemias deben abordar de una forma particular las infecciones respiratorias transmisibles fácilmente de persona a persona. Sobre las medidas de prevención, reconoció que si las restricciones de viaje se hubieran impuesto más rápido y de forma más extensa, la propagación del virus se hubiese reducido.
El Reglamento Sanitario Internacional, que regula la actuación de los países en situaciones de crisis sanitaria, desalienta las restricciones de viajes, pero la ex primera ministra Clark dijo que hay que aceptar que en la actualidad “las enfermedades viajan en avión y no en burros”.