"Este error fue detectado por el hospital y apenas se detectó se tomaron las medias correctivas inmediatas para resolverlo", indicó el director del recinto médico de la región de Valparaíso, Alejandro Alarcón.
Rolando Castro y su familia hicieron un cortejo fúnebre hasta el cementerio de Belloto para despedir a su padre de 90 años, quien falleció en el Hospital de Quilpué. La carroza ya había ingresado al recinto, cuando, unos minutos más tarde, personal de la funeraria le daría una terrible noticia.
“Me dijo ‘me acaban de llamar del hospital y me indican que el cuerpo esta cambiado’. Ni siquiera pude estar tranquilo velando y despidiéndome de mi padre, porque estuve preocupado de esto”, cuestionó Rolando.
La familia también reclama que su padre, quien sufría una enfermedad al hígado, fue trasladado sin explicación desde el Hospital Gustravo Fricke, donde fue inicialmente internado, al Hospital Quilpué.
Además, señalan que nunca tuvieron un diagnóstico claro, pese a que su padre dio positivo por COVID-19. Es por esto que anunciaron presentarán acciones legales.
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Al respecto, el director del Hospital de Quilpué, Alejandro Alarcón, anunció que “el establecimiento lamenta profundamente el error incurrido por nuestra institución y el dolor que está causando en las familias afectadas”, comenzó señalando Alarcón.
También indicó que “este error (por el cambio de cuerpo) fue detectado por el hospital y apenas se detectó se tomaron las medias correctivas inmediatas para resolverlo”.
“Hemos instruido una auditoría clínica y un sumario administrativo para evaluar dónde se produjeron los errores de la aplicación del protocolo”, agregó Alarcón, quien sumó que se ha “instruido el perfeccionamiento del procedimiento para evitar que vuelva a suceder”.
No es el único caso
Ernestina tenía 86 años y varias enfermedades de base. La madrugada del 20 de mayo se descompensó y fue trasladada desde Mejillones hasta el Hospital Regional de Antofagasta. Desde ahí notificaron a su familia que había fallecido.
Desde el recinto médico les dijeron que era un posible caso de COVID-19, aunque la confirmación llegaría después. Pero como caso sospechoso, se siguieron los protocolos y la familia no pudo despedirse.
La funeraria asegura que llegaron al hospital a recoger el cuerpo, pero que no había personal en la morgue. Fue finalmente una funcionaria de urgencia, dicen, quien cumplió esa labor. Aquí seguiría una cadena de errores.
El cuerpo fue llevado hasta Mejillones donde pasaron incluso fuera de su casa para que la familia se despidiera. Luego, partieron al cementerio donde fue sepultada. Más tarde, se dieron cuenta que habían enterrado a una persona que no era Ernestina.
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“Fue un shock para toda la familia, porque pensamos que había terminado ahí con todo eso“, comentó Yolanda Díaz, hija de la mujer fallecida.
La seremi de Salud realizó los trámites para la exhumación, lo que permitió la entrega correcta de los cuerpos. La mujer era una ciudadana colombiana de 45 años, quien también murió por COVID-19. Desde el Hospital de Antofagasta señalaron que los cuerpos estaban identificados y el error habría sido de la funeraria.
“Lamentamos lo sucedido e indicamos que hemos procedido a hacer un sumario administrativo para esclarecer los hechos“, detalló Enrique Bastías, director del Hospital Regional de Antofagasta. Junto a esto, se anunció una auditoría para mejorar procesos.