El país, sede de algunos de los eventos más importantes del mundo, tuvo que frenar actividades para que disminuir el número de contagios y decesos por COVID-19. Por ahora, no hay garantías de que la industria del ocio se reanude en lo que queda del año.
La pandemia de coronavirus sigue golpeando con fuerza el estilo de vida y la economía del país. Las consecuencias en Chile han sido más que críticas, como sucedió en mayo, cuando la tasa de desempleo en el Gran Santiago llegó a su punto más alto en 20 años, con el 15,6%, además de que el número de decesos por esta cepa está cerca de los 5 mil.
Prácticamente la mitad del país está en cuarentena, como una medida restrictiva para trata de contener este virus y buscar que las personas salgan de sus hogares con todas las previsiones sanitarias.
Una de las industrias que paró primero y que se ha visto más afectada es la del entretenimiento, la cual genera empleos a miles de personas de forma directa e indirecta, además de que fue una de las primeras en frenar su actividad y será de las últimas en regresar a la normalidad.
Desde hace años, Chile ha sido escenario de grandes eventos que trascienden más allá de las fronteras. Lollapalooza es uno de los festivales más populares en la industria musical y uno de los primeros que tuvo que modificar sus fechas para evitar un incremento de contagios.
El festival, originalmente programado para 27, 28 y 29 de marzo en el Parque O’Higgins, tuvo que suspenderse y reprogramarse a otros tres días: entre el 27 y el 29 de noviembre, confirmándose la participación de Guns N’ Roses, The Strokes y Travis Scott, tres de los artistas que ya se tenían contemplados.
“La seguridad del público, trabajadores, artistas, auspiciadores, vecinos del parque y la comunidad en general es nuestra principal prioridad, y esperamos celebrar otro gran año del festival de acuerdo con las disposiciones del Ministerio de Salud”, fue el anuncio que los organizadores hicieron en marzo al momento de anunciar la reprogramación.
Sin embargo, la situación actual hace que la continuidad del Lollapalooza esté en duda. Hace unos días, el festival en Chicago, considerado como el central, fue cancelado y se anunció la creación de una edición en línea, la cual será posible gracias al material de archivo existente y que ocupará las fechas que se preveían para el festival físico: 31 de julio, 1 y 2 de agosto.
Una cancelación de Lollapalooza Chile sería un duro golpe económico, pues se estima que los ingresos de una edición son de 33 millones de dólares, de acuerdo con un estudio de la agencia Ipsos Media. Incluso si el festival llegara a hacerse, el golpe sigue siendo duro, pues de 140 mil asistentes, un 32% de los asistentes provienen de fuera de Santiago (aproximadamente 44 mil 800 personas), mientras que el 9% son extranjeros (12 mil 600, aproximadamente).
Si bien el Festival de Viña del Mar pudo desarrollarse con normalidad en la última semana de febrero, el aumento de contagios y decesos en Valparaíso y Viña del Mar supone un gran obstáculo para la edición de 2021, ante la incertidumbre de si los artistas firmarán contratos ante los riesgos sanitarios existentes, la dificultad de que en un evento de tal magnitud exista la distancia social y la logística, con un estimado de 800 trabajadores directos. La duda de si se podrá hacer la próxima edición está presente.
En el caso del fútbol, también persisten las dudas. Si bien el Consejo de Presidentes autorizó que la liga chilena retome su campeonato a partir del 31 de julio, lo cierto es que la fecha está sujeta a cualquier visto bueno de la autoridad sanitaria, el cual puede cambiar si la situación no mejora, incluso con partidos a puerta cerrada.
Para darse una idea del dinero que mueve este deporte en el país, basta revisar el más reciente Anuario Financiero del Fútbol Chileno, el cual reveló que en un año se mueven hasta 180 millones de dólares, se atraen a más de 2.4 millones de asistentes y genera 9.1 millones de internautas en sus redes sociales.
El sector del juego también se ha visto afectado con la suspensión de actividades. El sitio Casino Alto indica que el Sun Monticello genera el 17% de ingresos de todos casinos, un equivalente a 6.9 millones de pesos chilenos. En marzo registró 3.4 millones el año pasado, una caída del 50,3% con respecto al año pasado.
La Superintendencia de Casinos de Juego (SCJ) presentó un reporte de marzo, el mes en el que se ordenó el cierre de estos establecimientos (el día 18, para ser más exactos), el cual presenta caídas considerables en los ingresos de estos centros de entretenimiento.
Los registros señalan que fueron 19,789 millones de pesos en marzo (aproximadamente 24 millones de dólares), lo que significó un descenso del 52,2% en comparación con el mismo mes del mes pasado. Además, la diferencia entre marzo de 2019 y marzo de 2020 en lo que a visitas se refiere, fue de un 54,8% menos.
Con el país en cuarentena y el incremento de casos, luce complicado que el sector del entretenimiento, no considerado actividad esencial, pueda regresar pronto. Incluso, las estrategias para que dichos eventos se retomen en los últimos meses del año dependen completamente de cómo evolucione el país con esta epidemia.
Experto en política estadounidense y ex subsecretario de Asuntos Hemisféricos de EE.UU., el cientista político chileno analiza las elecciones presidenciales y su impacto en la relación de EE.UU. con América Latina.
