Un equipo de la U. de Chile presentó a Corto un proyecto que consiste en una nueva tecnología que podría reducir los costos y los tiempos de detección del coronavirus, usando insumos de fabricación nacional, para lograr una implementación masiva de los exámenes.
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Ante la alerta por la falta de exámenes de PCR a nivel local para detectar casos de coronavirus en el país, investigadores de la Universidad de Chile propuso una nueva tecnología que pretende reducir notablemente los tiempos para detectar el virus en las personas, a un menor costo monetario.
La iniciativa fue presentada por el Centro de Regulación del Genoma (CGR) de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile a CORFO, en el marco de la convocatoria “Retos de Innovación – Diagnóstico para COVID-19”, que hizo un catastro de las tecnologías con factibilidad técnica para convertirse en reales soluciones en la detección oportuna y eficaz del virus.
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El equipo que está detrás de este proyecto se encuentra también por estos días embarcados en una importante tarea en relación a la pandemia: la secuenciación de genomas del SARS-CoV-2 en la población chilena, en apoyo al Instituto de Salud Pública (ISP).
En la foto: Miguel Allende, director del Centro de Regulación del Genoma (CGR).
La propuesta busca implementar en Chile una metodología de diagnóstico basada en técnicas de amplificación isotérmica de ARN combinadas con la tecnología de edición genética CRISPR-Cas.
“La idea es desarrollar una metodología de análisis rápido que detecte el material genético del virus, y que pueda usarse en el punto de toma de muestra por personal no especializado”, explica el profesor de la Facultad de Ciencias de la U. de Chile, director del Centro de Regulación del Genoma (CGR) y líder de esta iniciativa, Miguel Allende.
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Según detalla el académico, esta tecnología podría reducir el tiempo de análisis “a cerca de un quinto de lo que demora el PCR”, además de ser una alternativa diez veces más económica “si lograramos generar los reactivos, enzimas, los químicos e incluso algunos equipos en Chile”.
Para este proyecto, los investigadores planean usar smartphones y dispositivos similares a los test de embarazo, para así detectar fluorescencia en muestras positivas. A la vez, analizan la posibilidad de generar insumos para esta tecnología en laboratorios chilenos, de forma de no depender de productos importados, y capacitar a los profesionales de la salud en su uso. En esto último, se propone crear un consorcio académico-industrial para poder avanzar a una fase de escalamiento, producción e implementación en el territorio.
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Allende sostiene que la idea “involucra reactivos que se podrían producir en Chile en los laboratorios de bioquímica y biología molecular existentes“.
El CGR, en este sentido, busca poner a punto la metodología a nivel local y determinar los componentes que pueden ser fabricados en el país por laboratorios especializados. Para esto, se propone impulsar “un proceso de empaquetamiento de la tecnología reclutando a otros laboratorios académicos e industriales para este efecto”.
El líder del proyecto recalca que métodos análogos a esta tecnología ya están en fase de validación por la Food and Drug Administration (FDA) de Estados Unidos, y otros ya han sido implementados en Argentina para el testeo de Coronavirus, Dengue, Zika y Chikungunya. Ante esto, señala que otro de los objetivos a futuro es poder implementar este tipo de test para otros patógenos (virales, bacterianos o parasíticos) que puedan aparecer o ya existan.
Asimismo, proyectan implementar un sistema de monitoreo ambiental permanente basado en esta metodología que pueda realizarse en lugares públicos, medios de transporte, fuentes de agua potable o alimentos, sistema de alcantarillado, hospitales y vectores (animales que puedan ser reservorios de virus zoonóticos).