Este lunes, el primer ministro japonés, Shinzo Abe, anunció un paquete de ayuda de 108 billones de yenes, equivalentes al 20% de la producción anual de la tercera economía más grande del mundo. Este dinero sería destinado a hogares y empresas que se han visto afectadas por la pandemia.
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Japón comprometió casi US$ 1 billón para tratar de proteger su economía de las consecuencias de la pandemia del coronavirus.
El primer ministro japonés, Shinzo Abe, anunció el lunes un paquete de ayuda de 108 billones de yenes (US$ 989 mil millones), una cantidad asombrosa equivalente a aproximadamente el 20% de la producción anual de la tercera economía más grande del mundo.
El plan millones de dólares en dinero en efectivo para familias y propietarios de pequeñas empresas que han perdido sus ingresos a causa del virus. El paquete también presenta exenciones de impuestos y préstamos sin intereses.
Se espera que Abe brinde más información en una conferencia de prensa en Tokio este martes.
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Japón es el último país en desatar una cantidad masiva de gasto público destinado a ayudar a los hogares y las empresas a hacer frente a la repentina conmoción en la economía mundial debido a la cuarentena impuesta en diferentes países potencia.
Estados Unidos aprobó el mes pasado un proyecto de ley de estímulo de $2 billones, el paquete de ayuda de emergencia más grande de la historia. Alemania, Francia, el Reino Unido, Italia, España y otras economías importantes también han anunciado enormes planes de gasto.
La avalancha de estímulos se produce a medida que aumenta el número de casos de coronavirus. Hasta ahora, más de 1,27 millones de personas en todo el mundo han sido infectadas, mientras que 69.000 han muerto, según la Universidad Johns Hopkins. Japón ha registrado más de 3.600 casos y 85 muertes.
Según Tom Learmouth, economista japonés de Capital Economics, los datos recientes de desempleo, producción industrial y ventas minoristas indican que la economía de Japón estaba mostrando signos de resistencia a medida que el virus arrasó con Asia en febrero.
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Pero “no hay duda de que la interrupción del coronavirus causará un duro golpe económico en los próximos meses“, dijo el viernes en una nota investigativa.
Las infecciones se han acelerado en las principales ciudades como Tokio y Osaka, aseguró el experto, y agregó que las preocupaciones sobre una “segunda ola” del virus ha llevado a los residentes a quedarse en casa y a cerrar sus tiendas.
Abe también anunció que declararía un estado de emergencia el martes, que durará aproximadamente un mes. Un hecho notable, ya que el primer ministro se negó a hacerlo la semana pasada.
Si bien el gobernador de Tokio ha instado a los 13.5 millones de residentes de la ciudad a teletrabajar donde sea posible hasta el 12 de abril, muchos trabajadores han seguido viajando a sus oficinas.
Alrededor del 80% de las empresas en el país no tienen la capacidad de permitir que sus empleados trabajen de forma remota, según datos del gobierno de 2019, y la cultura laboral de Japón dificulta persuadir a las personas para que se queden en casa.