Tanto celulares como tablets son una herramienta importantísima para que los 371 menores de 5 años que tienen COVID-19, y están en un recinto de salud, puedan mantenerse en contacto con sus padres.
Hoy es un buen día para Mateo. Ha evolucionado favorablemente y no requiere de oxígeno. Pero además, ha vuelto a ver y escuchar a su mamá a través de una pantalla.
“Antes de la pandemia, si un niño lloraba o se sentía triste, podíamos ir rápidamente a consolarlo. Hoy, si un niño llora o tiene pena, hay que ponerse todos los elementos y recién después ir a consolorarlo dentro de las posibilidades que se tienen”, contó Paula Reyes, enfermera del Hospital Exequiel González Cortés.
Fue el 8 de abril cuando se completó la primera ficha de un primer paciente COVID en las salas de este hospital. Uno de sus pasillos está aislado para atender sólo a niños y niñas.
La doctora Inés Araneda, directora del recinto, explicó que “en general el COVID-19 en los niños ha sido bastante leve, y hemos tenido poca hospitalización“.
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Según el último informe epidemiológico, hay 371 niños menores de 5 años hospitalizados por COVID-19. Entre ellos Mateo, quien desde hace cinco días fue hospitalizado. Hoy fue la primera vez que vio y escuchó a su mamá.
En este recinto recién están comenzando con esta iniciativa con la ayuda de la tecnología, gracias a tablets y celulares que el Ministerio de Salud ha distribuido en distintos hospitales de la capital para que pacientes puedan comunicarse con sus seres queridos.
Pero también hay otros pequeños a quienes la pandemia los ha afectado indirectamente. Julieta tiene solo 2 años y fue trasplantada de hígado, una cirugía no menor que por efecto de la pandemia y las medidas de seguridad, alejó a su familia en las visitas. A ella, la tecnología también la ayuda.
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Jimena Mora, madre de Julieta, cuenta que “no es lo mismo que estar con ella, pero esto ayuda mucho. Y a ella igual, porque siente mi voz”.
Gloria González, jefa de trasplante de órganos en el Hospital Luis Calvo Mackenna, relata que cuando comenzaron con esta iniciativa hace una semana algunos de los menores no querían comer o no tenían ánimos de hacer cosas. “Empezaron las videollamadas con los padres y hoy esos pacientes se han podido ir a sus casas, con la ayuda y acompañamiento de los papás”, agregó.
Son las buenas noticias que el Hospital Luis Calvo Mackenna y otros como el Hospital Exequiel González Cortés han podido entregar con la mejoría de sus pacientes más pequeños gracias a la tecnología que hoy une a familias que la pandemia separó.
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