En 2003, la OMS estableció el 10 de septiembre como el “Día Mundial para la Prevención del Suicidio” como un llamado a la población y a los gobiernos a tomar conciencia de este creciente problema. A 17 años de esa primera vez, la situación es crítica: el confinamiento, el miedo a enfermar y la incertidumbre podrían dejar un importante aumento en las cifras.
- VIDEO RELACIONADO – Leon Cohen habla sobre la salud mental en cuarentena (12:00)
Más de 800 mil personas mueren anualmente alrededor del mundo por un suicidio, y el número es aún mayor para quienes, tras un intento suicida, deben ser asistidos. Lo cierto es que la cifra ha aumentado durante los últimos años y Chile no está exento de este fenómeno. Actualmente, nuestro país tiene una de las tasas de muerte por suicidios más altas en América Latina.
“En Chile se suicidan más hombres que mujeres y también, muchas más personas mayores de 65 años”, dice el ministro de Salud, Enrique Paris, consultado por esta problemática en una nueva conmemoración del día mundial de la prevención del suicidio. Y aunque no entrega cifras, indica que como Ministerio de Salud tienen “una estadística muy certera, que estamos siguiendo, y obviamente, estamos preocupados”.
Y es que la posibilidad de esta cifra comience a reflejar nuevas alzas es una realidad. El confinamiento, la incertidumbre acerca del futuro y el miedo a contagiarse de COVID-19 son factores que podrían generar cuadros depresivos importantes en el contexto de la pandemia. Los más afectados, según los expertos, serían quienes ya estaban enfrentando alguna enfermedad de salud mental y aquellos que, teniendo una enfermedad psiquiátrica, no están recibiendo tratamiento ni han accedido a sus medicamentos.
Juan Ariel Zúñiga, jefe de psiquiatría de Vidaintegra, señala que “hay muchos factores estresores, que se están acumulando y hemos visto que ha aumentado la tasa de suicidio aunque no tenemos los números. El reporte de mis colegas es que ha aumentado; es un reporte oral todavía sin cifras, pero que existe”.
Explica que varios pacientes han dejado de asistir a sus controles o que, producto de problemas económicos, han preferido dejarlos. Por otra parte, en las consultas también se ve un aumento del “riesgo suicida”. “Hemos hecho campaña para llegar con telemedicina a la mayor cantidad posible de pacientes y estar preguntando a los que están más graves y que vengan a preguntar, si pueden presencialmente. Es una preocupación constante porque no hay ningún país donde esta tasa haya bajado. Y con la pandemia, creemos que eso subirá más”.
Lee también: Alberto Larraín: “Hay que poner en el centro de la discusión que los gobiernos no se olviden de la salud mental”
Lo mismo se ha observado en otras instituciones de apoyo de prevención del suicidio. Paulina Del Río, presidenta de Fundación José Ignacio sostiene que “si antes llegaban unas cinco consultas al día, ahora tenemos 10 o 12, por lo bajo”. El aumento de llamados es importante para una fundación como ésta, y por lo mismo, han tenido que recurrir a otras para recibir colaboración.
“Lo más importante en estos casos es escuchar. Estamos todos muy solos, agobiados con nuestra carga sin quién nos ayude, y eso en pandemia empeora”, dice. “Lo necesario es estar atento a los cambios de ánimo o de conducta en el otro, y ofrecer la ayuda porque muchas veces, el otro no sabe ni se atreve a pedirla. Y una forma esencial de prevención es que no le pasemos toda la responsabilidad del cuidado a esa persona que ya lo está pasando mal, de que además tenga que preocuparse de su bienestar”, agrega Del Río.
Pero, ¿qué se puede hacer cuando un cercano nos advierte de su deseo de no seguir viviendo? Todos coinciden en que se debe actuar con rapidez. “Si yo veo que un amigo se quiebra una pierna, lo llevaré a atención médica y no voy a esperar que me diga. Esto es lo mismo. Lo escuchamos sin juzgar, con tranquilidad. Y luego de eso, nos comunicamos con Salud Responde, o con otra fundación de apoyo como Todo Mejora, Línea Libre, Fundación Katy Summer o Fundación Mírame si se trata de personas mayores. Espacios de escucha, hay muchos y tenemos que saberlo.”
Lee también: Piñera presentó “Saludable-Mente”, un programa de salud mental para acompañar a las familias durante la crisis
La Red de Equipos de Prevención del Suicidio (REPS), de la que forma parte la fundación José Ignacio, y la agencia de investigación Datos Claros realizaron una encuesta a más de 2 mil personas sobre conducta suicida. Allí se concluyó que uno de cada dos chilenos ha pensado alguna vez en quitarse la vida, y uno de cada cinco ha intentado llevarlo a cabo. Durante la pandemia, en tanto, quienes presentan más intentos de suicidio son las personas mayores de 60 años, con un 47,1%.
El doctor Zúñiga indica que “una persona que ha pensado en matarse, aunque sea solo una fantasía, debe consultar porque existe un riesgo real desde que empieza a tejer un pensamiento suicida. Si además de eso, tiene otros factores de riesgo como que está quebrada económicamente, está muy aislada socialmente, o consume alcohol y drogas, esa persona tiene un riesgo suicida y debe consultar de inmediato”.
Cuando una persona está en esta situación, indican, es de suma importancia pedir una hora con un especialista ya que muchas veces, toman la ayuda cuando se les ofrece. Para el doctor Zúñiga, hay que “actuar rápido y actuar, porque las personas pueden decir que han pensado en matarse pero después lo relativizan con ‘fue un pensamiento, ya se me pasó’, pero no. Hay que estar alerta, aunque sea de forma manipuladora o una pataleta. Hay que buscar ayuda”.
Desde el Ministerio de Salud descartaron entregar cifras respecto al año, pero el ministro Paris indicó que “tenemos un plan de prevención del suicidio que está en el programa de salud mental del Minsal. Cada región tiene un encargado de prevención que recibe fondos centrales para desarrollar ese tipo de planes. Aquí se requiere la colaboración de especialistas, psiquiatras y psicólogos, pero también de la gente, de la familia para que consulten a tiempo”.
A principios de junio pasado, además, el Gobierno impulsó el plan Saludablemente que busca ser una acción inmediata de contención y orientación para la ciudadanía, en el marco de la pandemia. El programa se propuso fortalecer la oferta pública y privada de salud mental, e implementar una plataforma digital de consulta, apoyo y recomendaciones. Sin embargo, a tres meses de su lanzamiento, no se ha entregado un balance de su puesta en marcha.
Uso de las redes sociales
Debido al alto uso de la tecnología y las redes sociales, en estos espacios también pueden quedar plasmadas algunas alertas. Para eso, Twitter creó respuestas automáticas que alientan a sus usuarios a buscar ayuda y que aparecen una vez que alguien busca términos asociados con suicidio o autolesión. También hay información relevante bajo los hashtags #HayAyuda y #HablemosdeSuicidio .
Se trata de un trabajo con más de 20 aliados de organizaciones sin fines de lucro, en todo el mundo, para ofrecerles subvenciones de Pautas Para Bien y así amplificar sus campañas locales en Twitter. Estos socios lideran la prevención del suicidio y la concientización sobre la salud mental en los mercados de Asia-Pacífico, Estados Unidos, Canadá, América Latina, Europa y África.
Para todos quienes necesiten ayuda o la atención de un especialista, pueden comunicarse con:
- Salud Responde: 600 360 777
- Fundación José Ignacio: contacto@fundacionjoseignacio.org o en el chat online de fundacionjoseignacio.org
- Fundación Todo Mejora: contacto@todomejora.org o en el chat online de todomejora.org
- Fundación Katy Summer: redes@fsummer.org