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A través de los ojos de su protagonista Merit, una joven atrapada en un torbellino de inseguridades y expectativas, la autora captura la esencia del sentimiento de incomprensión de una extraña adolescente en un mundo en el que no parece encajar. Con personajes complejos y una narrativa cargada de emociones, esta novela ofrece una reflexión profunda sobre las relaciones familiares y los dilemas juveniles.
“No todos los errores deben tener consecuencias, a veces lo único que necesitan es el perdón“. Así nos introduce Colleen Hoover a su último libro Corazón Roto, la mente detrás de historias como Romper el Círculo y 9 de Noviembre. ¿Pero como describir el sentimiento transmisible de esta novela? Es fácil, sería como “volver a los dulces 16 años” (o los 15, para ser más tradicionales con todo esto de la adolescencia).
La novela presenta a los Voss, una familia bastante peculiar, quienes viven en una iglesia reutilizada, un espacio que simboliza tanto su vida reconstruida como la desarmonía que la acompaña.
La madre de Merit, que sufrió cáncer, vive en el sótano, asolada por una condición conocida como agorafobia, mientras que su padre se ha casado con la antigua enfermera de esta.
El hermano menor es sometido a estrictas reglas que eliminan cualquier tipo de diversión, y los hermanos mayores parecen ser tan perfectos que resultan, más que inspiradores, irritantes.
Luego está Merit, una adolescente sumida en la oscuridad de su propio ser, atrapada entre las expectativas y los secretos que definen su vida.
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Lo que hace especial a esta historia es, sin lugar a dudas, la narración en primera persona desde la perspectiva de Merit. La autora logra transmitir con gran facilidad la angustia interna de la joven protagonista, sumergiéndonos en sus pensamientos, emociones y en sus decisiones muchas veces cuestionables, pero siempre comprensibles.
Es imposible no sentir empatía por Merit, con su actitud apática, sus inseguridades y la manera en la que enfrenta los conflictos de la vida.
Hoover, a través de una escritura cercana y accesible, incluso en su traducción – les fallé a aquellos que prefieren leer los libros en su idioma original- nos permite adentrarnos en su mente y experimentar los altibajos de la adolescencia como si los viviéramos por primera vez.
Corazón Roto es un reflejo fiel de la adolescencia; ese momento en que la vida parece un torbellino de emociones contradictorias, expectativas no cumplidas y una continua búsqueda de uno mismo, pero con una historia que resulta enigmática y bastante atrayente.
La narrativa de Hoover no escatima en detalles al explorar las relaciones familiares, el amor juvenil, y la disonancia entre lo que los adolescentes piensan que deberían ser y lo que realmente son.
De hecho, la autora ofrece una exploración cruda y sin adornos de lo que significa ser joven, sentir que todo a tu alrededor está fuera de lugar y sentirte sola, incluso estando rodeada de gente -cliché, lo sé, pero este recurso tiene un punto que se vuelve relevante a lo largo del libro- , como un rompecabezas en el que las piezas nunca encajan.
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A pesar de su encanto, el libro no está exento de debilidades. Su público parece estar claramente enfocado en una audiencia específica: jóvenes, especialmente mujeres, con altas expectativas sobre el amor y las relaciones, muchas veces no cumplidas. Si bien esto no es un defecto en sí mismo, es importante señalar que la novela puede no ser del gusto de todos.
La temática, centrada en la rebeldía adolescente y los dilemas de la juventud, es muy personal y, en muchos casos, es probable que solo aquellos que hayan vivido esa fase de su vida con cierta intensidad puedan conectar completamente con la historia.
Aunque la novela brilla por su exploración cruda y sin adornos de las relaciones familiares y el amor juvenil, no es una historia para todos. Su público parece estar claramente dirigido a jóvenes, especialmente mujeres, que puedan identificar sus propias experiencias con los dilemas que enfrentan los personajes. Si bien esto no es un defecto, puede que quienes no vivieron la adolescencia con tanta intensidad no conecten de manera tan profunda con la obra.
Un aspecto que destaca y merece ser señalado es el simbolismo detrás de los nombres de los personajes, especialmente de las gemelas. Honor y Merit no son solo nombres, sino una metáfora de las expectativas sociales y personales que cargan, mientras que Utah y Moby, los otros dos hermanos, añaden una dosis de originalidad, aunque quizás un poco excesiva.
Los personajes enigmáticos como Sagan y Luck, junto con la presencia casi invisible de la madre de Merit y su padre desobligado, enriquecen una trama que, a pesar de sus momentos incómodos, logra atrapar al lector.
En resumen, la obra es un relato íntimo y visceral de la juventud y la familia, una obra que captura el sentimiento de pertenecer a un mundo que no parece entender, pero que a la vez se ofrece como una oportunidad de crecimiento.
Hoover vuelve a demostrar su capacidad para emocionar, aunque tal vez no todos puedan encontrar en esta novela un refugio cómodo. Sin embargo, para aquellos que busquen una reflexión sobre las complejidades de la adolescencia y las relaciones familiares, Corazón Roto es una propuesta que vale la pena explorar.
La secretaria de Estado planteó en CNN Prime que es posible que la discusión del proyecto se postergue hasta un próximo gobierno.