Sebastián de la Barra, productor de la versión chilena del festival, aseveró "hay un silencio y una desinformación, porque los productores no sabemos cómo organizarnos ni planificarnos".
El productor de Lollapalooza Chile, Sebastián de la Barra, analizó lo observado en el festival de música en Chicago, el primer evento de renombre que se realiza en Estados Unidos en plena pandemia, y abordó las proyecciones para la décima versión santiaguina del masivo espectáculo.
En conversación con La Tercera, De la Barra dijo que mientras en Chicago vio a una ciudad comprometida con el espectáculo, en Chile no ha tenido respuesta por parte de las autoridades locales frente a sus inquietudes, lo que distanciaría más las opciones de que el evento retorne al Parque O’Higgins este año.
“Sin duda la coordinación de la autoridad local con la organización del festival hizo que se pudiera realizar un evento seguro. Había mucha gente de otros países, así que ojalá podamos sacar alguna lección positiva para poder demostrar que los festivales no son focos de contagio si se siguen ciertos protocolos”, afirmó de la Barra.
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“La duda que tenemos es: ¿cuál es la variable o el parámetro que la cultura tiene que esperar para poder volver a la normalidad? ¿Es la positividad, la ocupación de camas UCI? Está el tema de la salud mental, pero también el impacto económico, el empleo que se está perdiendo, la interacción con otras economías como el turismo, la gastronomía, tantas cosas que estos eventos masivos impactan en una ciudad”, comentó el productor de Lotus.
De la Barra criticó que “Chile no es capaz de hacer una normativa que entienda los puntos de equilibrio tanto de un restorán como de un estadio de fútbol o un teatro, porque las capacidades y los aforos hoy son insuficientes. Estamos en una situación donde la autoridad no empatiza con el sector”.
“No hay ninguna respuesta, ni para un Arena sin restricciones, ni para un Caupolicán sin restricciones, ni para un Lollapalooza sin restricciones, ni para nada. Ese es el problema, que hay un silencio y una desinformación, porque los productores no sabemos cómo organizarnos ni planificarnos”, expresó el encargado del festival.
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Además, afirmó que si bien en el país se ha manejado bien el control del COVID-19, debido a la masiva inoculación, “es fundamental entender que hay que convivir con el virus”.
“Es poco probable que suceda Lollapalooza este año, es algo que todo el mundo se espera. Enfrentamos un escenario complejo, por la falta de directrices de las autoridades. Nosotros estamos dispuestos para hacer Lollapalooza este año, pero dependemos de una autoridad que proyecte un mediano plazo para la cultura con directrices claras. La cultura necesita definiciones claras para no perder los siguientes doce meses, porque para activar el primer semestre de 2022 hay que trabajar ahora”, comentó.