¿Por qué “Mi Pobre Angelito” se volvió una de las tradiciones más grandes de la Navidad?
Por Patricio Pérez
24.12.2018 / 15:59
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La exitosa cinta que llevó a la fama a Macaulay Culkin es, por muchas razones, una obra que no pierde vigencia cada Navidad. Acá te explicamos las razones de por qué ver esta película se ha vuelto una tradición casi tan importante como la cena, el árbol, los regalos o el pan de pascua.
Desde que se estrenó un 25 de noviembre de 1990 en cines chilenos, Mi Pobre Angelito es una de las películas más populares del mundo. Muy pocas producciones que han marcado época pueden hacerle algo de competencia, como las primeras cintas de Star Wars, Volver al Futuro o El Padrino.
Mientras muchos esperan una repetición en el cable o en la TV local nos preguntamos: ¿cuál es la magia en su historia que la hace tan irresistible? ¿Serán sus actores, efectos especiales o hay algo más allá?
En síntesis, la trama de esta producción dirigida por Chris Columbus suena como algo convencional visto desde el presente: el pequeño Kevin McCallister de 8 años (Macaulay Culkin), harto de los gritos y locura de su familia en vísperas de Navidad, sueña con vivir solo sin que nadie lo moleste. Su deseo se hace realidad cuando sus padres lo olvidan por error.
Aquí está uno de los aspectos más atractivos del film escrito por John Hughes, el mismo detrás de otros clásicos adolescentes de los 80 como The Breakfast Club(El Club de los Cinco) y Ferris Bueller’s Day Off (Un experto en diversión): Kevin se divierte con todo lo que está prohibido para un menor, como disparar armas de aire comprimido, ver revistas Playboy y comer comida chatarra viendo una película de gángsters. Todo esto último usando la tarjeta de crédito de papá.
“¿Qué niño no quería deslizarse por las escaleras, comer comida chatarra mientras salta en la cama de sus padres y lanzarse en una cuerda desde una ventana hasta una casa del árbol en el patio?”, sostiene The Huffington Post.
Pero claro, Kevin sigue siendo un niño, y a las pocas horas comienza a extrañar a sus padres y siente miedo por estar sin protección en una enorme casa, con un misterioso hombre que circula con una pala (que al final termina siendo su amigo).
Mientras su madre viaja de regreso por tierra, junto a una banda de polka liderada por el recordado comediante John Candy, dos ladrones se dan cuenta que la portentosa casa de los McCallister está sola.
Según el medio Independent, en este punto está su mayor atractivo: “Es una historia de advertencia sobre cómo descuidar a un hijo puede llevarlo a idear formas elaboradas y caprichosas de infligir el sufrimiento humano”.
Kevin defiende su hogar con una serie de ingeniosas y crueles trampas (muchas de ellas mortales) para derribar a Harry (Joe Pesci) y Marv (Daniel Stern). El anciano de la pala lo ayuda cuando se ve en apuros y les da el golpe final, dejando a los dos rateros listos para ser llevados por la policía. Sí, un niño de 8 años nos enseña que prefiere la justicia por mano propia que dejar todo en manos de la policía.
Una hilarante secuencia de 15 minutos que esconde varios secretos que le dan más cuotas de misticismo a la cinta.
El propio director aseguró a Entertainment Weekly que no fue muy gracioso grabar las escenas. “Lo veíamos y rezaba para que los muchachos estuvieran vivos”. Asimismo, Stern dijo en The Wrap que trabajar en las películas de Home Alone “realmente me sacó de quicio”, y una escena lo dejó con las piernas “negras y azules”. No faltó un doctor que calculó en 85 las potenciales lesiones que habrían dejado todas las trampas de Kevin a los ladrones en el mundo real.
La película cuenta con decenas de secretos más: desde la aparición de Donald Trump en Home Alone 2, un supuesto Elvis Presley vivo en una escena, el error que hizo que los McCallister olvidaran a Kevin, y hasta la escena de una película de gangsters que nunca existió.
Por todo esto y un poco más, es natural que cada persona sienta que vuelve a tener 8 años al ver Mi Pobre Angelito, lo que convierte a esta película en una tradición casi tan importante como la cena, los regalos o el pan de pascua. Claramente, si no te hace sentir nada en especial este film o la navidad en general, puede que El Grinch sea más apropiada para ti.
Experto en política estadounidense y ex subsecretario de Asuntos Hemisféricos de EE.UU., el cientista político chileno analiza las elecciones presidenciales y su impacto en la relación de EE.UU. con América Latina.