Pese a que mantuvo casi todo de la versión animada, el director Guy Ritchie logró introducir su sello urbano en esta cinta del clásico de Disney. Esto, sumado a un elenco multicultural, permitió conquistar al público y a los especialistas en cine.
La nueva apuesta de Disney por actualizar su catálogo de películas animadas más famosas ya está en nuestra cartelera. Hablamos de la versión de live action de Aladdín.
Esta nueva versión de la cinta estrenada en 1993 cuenta con actores reales en pantalla y con la presencia de un elenco multicultural, entre quienes destaca Will Smith en el papel que originalmente realizaba Robin Williams: el carismático Genio que puede conceder tres deseo a quien lo libere de la lámpara mágica.
El largometraje dirigido por Guy Ritchie, el mismo realizador tras Snatch y Sherlock Holmes, está inspirado en un cuento de Las Mil y Una Noches y en la clásica cinta El Ladrón de Bagdad de 1941.
El director mantiene casi todo de la versión original, pero logra imprimirle su estilo que se enclava en las aventuras urbanas, entre muros de calles y edificios, otorgándole al personaje principal y al Genio, mayor cercanía con la audiencia.
Ritchie es un realizador que no escatima en la hora de buscar las mejores soluciones de postproducción, lo que permite a la cinta abordar la magia de la animación en bellas secuencias de baile y en escenas de acción.
Una de las conclusiones que hace varias críticas es que “si no está roto, no lo arregles”, algo que dicen respeta el director de la ficción que tiene un marcado tinte nostálgico.
La crítica Katie Walsh comentó en Tribune que “Ritchie sabe qué preservar, qué mejorar. Si no está roto, no lo arregles y el resultado de Aladdín es divertido, celebratorio y sí, nostálgico“.
“El estudio debe haber frotado su lámpara mágica, porque el filme familiar sorprendió siendo brillante, reluciente y espléndido“, detalló New York Post.
Aladdín llegó a los nacionales el jueves 23 de mayo y es protagonizada por Naomi Scott como Jasmine y Mena Massoud como Aladdin.
desde la cúpula comunista, acusaron a la gestión del nuevo alcalde de Santiago, Mario Desbordes de "detener y afectar" el permiso para la realización del evento que estaba programado para el 4 y 5 de enero de 2025 en el Parque O'Higgins.