“La mujer es tan sólo una máquina de placer”: 14 frases de Sylvia Plath que no son tan feministas como creerías

Por Valeria Barahona

16.08.2018 / 19:20

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A propósito de la publicación en Chile de sus "Diarios Completos" (Ediciones UDP, 2018), la escritora Valeria Barahona analiza a la poeta e icono feminista desde una perspectiva crítica. Aquí una selección de algunas frases del primer tomo de sus memorias, cuando la autora tenía entre 18 y 21 años.


La poeta estadounidense Sylvia Plath es universalmente conocida por sus escritos al padre fallecido cuando aún era una niña, además de su muerte, con la cabeza al interior un horno de cocina producto, se especula, del fracaso matrimonial.

Esto último, por años, llevó al movimiento feminista a apoderarse de Plath como una suerte de mártir. Sin embargo, la publicación de sus diarios de vida —heredados, uno destruido y el resto editados por su ex marido, Ted Hudges, quizás como prueba de que hay cosas que solo el amor entiende— dan cuenta de una “Syl” fascinada con la idea de ser violada, convertirse en esposa y sentir que a los 19 años le queda poco tiempo para casarse.

Las casi mil hojas que dan cuenta de la intensa vida de la poeta fueron publicadas, por primera vez en Chile, por Ediciones UDP. Ante esto, varias escritoras autodenominadas feministas no demoraron en levantar a Sylvia como un ícono tanto de la buena pluma como de la opresión machista.

¿Es Sylvia Plath feminista?

Hace tres años, la BBC estrenó el documental “Sylvia Plath: dentro de la campana de cristal”, donde por primera vez su hija Frieda se refirió a la relación de la poeta con el feminismo: “Qué salida más fácil para que alguien piense, sí, tenemos razón, tenemos la historia real, sabemos lo que realmente sucedió, y vamos a castigar a este completo extraño (Hudges) por algo que no estábamos para presenciar, no sabemos nada, pero somos nosotros quienes tenemos la respuesta. (…) Para los de afuera, porque eso es lo que son, los de afuera, para hacer juicios que afectan a alguien en su vida, durante toda su vida, es una especie de horrible forma de robo. Es un abuso”.

Una de las críticas más reconocidas de The New York Times, Joyce Carol Oates, va más lejos y afirma: “La elevación de Plath en la década de 1970 como mártir feminista e icono es cómicamente incongruente con su odio hacia el sexo femenino”.

Plath, en su último diario, narraba los días previos a introducir la cabeza en el horno, cuaderno que Hudges destruyó alegando que con ello protegía a sus hijos Frieda y Nicholas –este último también se suicidó–. Años más tarde, el marido también fue cuestionado por presuntamente ocultar partes de los otros diarios y poemas, ante lo cual el periodista Andrew Wilson, autor de la biografía “Canción de amor de una chica loca” (2013), se preguntó “¿en qué momento la edición se transformó en un siniestro acto de censura?”, aludiendo a que probablemente pocos escritores desearían ver publicados todos sus papeles. Un asunto de privacidad y pudor.

No es muy decoroso poner palabras en boca de los muertos. Por lo mismo, revisamos el primer tomo de sus diarios, que va entre julio de 1950 y el mismo mes de 1953. Es decir, cuando la autora contaba entre 18 y 21 años, época en la que entra a la universidad, aún no conoce a su marido e intenta suicidarse por primera vez.

Esta es una selección de frases de la primera parte de “Diarios completos”:

1. Una franja de luz azulada se ha proyectado en el suelo de la habitación desierta. Y he sabido que no era la luz de la calle sino la luna. ¿Qué puede haber más hermoso que ser virgen, pura, joven y llena de vida, en una noche así?… (ser violada)

2. Se respiraba el aroma intenso de la masculinidad, que para mí es el medio ideal donde vivir.

3. Divago, para variar: “La mujer es tan solo una máquina de placer (…) ¿No es mejor abandonarse a los fáciles ciclos de la reproducción, a la presencia cómoda y tranquilizadora de un hombre en la casa?”.

4. Sin duda el matrimonio es una forma de expresarse, pero ojalá que mi arte, mis textos, no sean simplemente una sublimación de mis deseos sexuales, porque en ese caso se agotarán en cuanto me case. Ojalá le encontrara… Ojalá encontrara a un hombre inteligente pero físicamente atractivo y simpático. Si yo reúno esas características, ¿por qué no debería desearlas en un hombre?

5. El timbre del teléfono transmite un estremecimiento de esperanza que recorre las paredes del útero. Su voz, áspera, desafiante e íntima, al otro lado de la línea contrae los intestinos. Si cambiaran la palabra “amor” por “deseo” en las canciones populares, serían bastante más fieles a la realidad.

6. Ansiar el contacto con el otro sexo para enriquecer y elevar tu pensamiento y tus instintos.

7. Perry me dijo hoy que, según su madre: “Las chicas buscan seguridad ilimitada y los chicos buscan pareja, o sea que buscan cosas distintas”. Estoy en conflicto conmigo misma, me disgusta ser mujer porque soy consciente de que inevitablemente no puedo ser hombre. Dicho de otro modo, tengo que poner todas mis energías al servicio de mi pareja: mi único acto libre consiste en escoger o rechazar a esa pareja. Y, como temía, me estoy conformando y acostumbrando a la idea, pero si pudiera ser tu compañera me reiría de estos temores. Me gusta que me hagas ser mejor. Por otra parte, me asombra que yo, que soy tan orgullosa y desprecio tanto las costumbres, sea capaz de considerar el matrimonio un estado honorable y fundamental, pero en ciertas circunstancias es exactamente así.

8. La sensación de pertenecerle se iba instalando en tu interior hasta acurrucarse como un gatito frente a una chimenea.

9. Tendida sobre la roca, con el cuerpo tenso al principio, luego relajado, he sentido que el sol me violaba dulcemente sobre aquel altar y que me llenaba del calor del dios impersonal y colosal de la naturaleza. (…) Bastó ese sacrificio orgiástico en el altar de la roca y el sol para que yo resurgiera resplandeciente, limpia, de los siglos de amor, saciada del fuego devorador de su deseo despreocupado y eterno.

10. ¿Por qué estoy obsesionada con la idea de que la publicación de mis manuscritos me justifica? (…) ¿Es una excusa para quedarme sola y meditar, para no tener que enfrentarme a un grupo de mujeres [de la residencia del Smith College]? (Los grupos de mujeres siempre me han intimidado).

11. En algún lugar existe un hombre del que me enamoraré y al que podré entregarme confiadamente, sin temor. Ojalá… si existiera, no me aferraría de un modo tan desesperado y extraño a esta persona bella, inteligente y sensual con la que estoy ahora. Ni él a mí. Pero el deseo carnal, la necesidad de compañía… ya me di cuenta con Bob: “¡Cómo necesitamos la seguridad! ¡Cómo necesitamos otra alma a la que aferrarnos, otro cuerpo que nos de calor! Para descansar y confiar…” y ahora lo repito. ¿Cuántos hombres me quedan aún por conocer? ¿Cuántas nuevas oportunidades tendré? No lo sé. Pero a los diecinueve correré el riesgo y ¡confiaré en que me quedan una o dos oportunidades más!

12. ¿Veré a Dick? ¡Ni en broma! Ya puede dedicarse a violar y/o seducir hábilmente a Anne. Que se pudra.

13. Creo que este cuaderno oscila entre la cháchara femenina que tanto odio y el cinismo afectado que quisiera evitar. Pero al menos intento ser sincera.

14. “Cómo me gustaría que me subieran a un coche y me llevaran a las montañas, a una cabaña azotada por el viento, y que, una vez allí, me violaran desenfrenadamente, como una troglodita, y resistirme, gritar y morder en el éxtasis violento del orgasmo”. ¿Qué maravilla, no es cierto? Realmente delicado y femenino.