Los ejemplos de Santiago a Mil, Festival en Órbita y GAM: Cómo es ser mujer en la gestión cultural en Chile
Revisamos los testimonios de tres mujeres que trabajan en el arte y que nos cuentan sobre los obstáculos que presenta la industria chilena.
Durante los últimos años en el mundo, la lucha por la los derechos de las mujeres se ha levantado, colocando en el debate una serie de desigualdades en varias aristas sociales. Una de ellas: el arte.
En este reportaje revisamos cómo es ser mujer y hacer arte en Chile, a través de los testimonios de mujeres encargadas de la gestión cultural.
Carmen Romero.
Tras los 17 años de dictadura, uno los varios desafíos que tenía que reparar la democracia era el de la cultura. Una reconstrucción que llevó a que el Estado volviera a invertir en la gestión cultural, que por esos años nacía como carrera universitaria en España. 28 años después, este rubro tiene varias representantes destacadas en Chile.
El Festival Santiago a Mil es una de las iniciativas culturales que comenzaron a realizarse con el regreso a la democracia. Carmen Romero ha sido una de sus precursoras desde su debut en 1994.
En entrevista con CNN Chile, señala: “Siento que hay una responsabilidad de comunicar bien, porque no es cierto que este no sea un trabajo de 24 horas de repente, de muchas conexiones, mucho convencer a todos y todas, de buscar y no parar nunca. No es fácil. No es decir, me voy a dedicar a hacer un festival. Es un trabajo de mucha delicadeza y de mucha comunicación”.
Carmen Barahona.
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El Festival en Órbita es un proyecto de Carmen Barahona, quien tras años trabajando en la producción de eventos musicales decidió en 2016 impulsar el propio. A tres años de la primera versión, hoy combina charlas sobre la industria musical con la presencia de personajes internacionales, la ciencia y se presentan bandas que están en la vanguardia.
Barahona asegura que hombres y mujeres enfrentan los mismos problemas: “Yo podría ser hombre y, probablemente, sería igual de difícil”. Sin embargo, el trabajo de gestión y producción de eventos culturales conlleva presión y situaciones complejas que evidencian el machismo en esta área.
“Cuando un hombre ve que las cosas no están andando y pone orden, está haciendo lo que tiene que hacer. Tú estás haciendo lo mismo y no falta el que dice que eres una histérica“, afirma.
Pamela López.
Pamela López es actriz de profesión. Una vez egresada forjó una carrera detrás del escenario como productora de montajes, hasta que en 2016 se hizo cargo de la Dirección de Programación y Audiencias en el Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM).
“Las mujeres nos hemos ido acercando a cargos más relevantes en el mundo de la cultura, desde trabajos en el Ministerio de la Cultura, hasta trabajos dirigiendo espacios culturales”, señala.
Y agrega: “No creo que se deba a una cuota de género, las mujeres tenemos bastante que aportar no solamente desde la óptica de cumplir un número para acercarnos a la diversidad, sino que realmente las mujeres gestoras culturales o las mujeres profesionales del mundo de la cultura, tenemos otras sensibilidades, tenemos otras maneras de mirar el mundo, otras formas de relacionarnos, y creo que eso aporta bastante al desarrollo de la gestión en este país”.
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Más de cinco millones de personas residen en Santiago, casi un tercio de la población total del país, por lo que no extraña que todos los días se desarrollen eventos culturales. Conseguir financiamiento resulta complicado para un presupuesto estatal que para este sector es de un 0.4%
Si en otras ramas del arte la valoración femenina es desigual, cabe preguntarse: ¿cómo es en la gestión cultural, en donde se toman decisiones de poder? A esto López responde: “Falta abrir caminos y tocar puertas. Creo que esas puertas tienen que ver con equidades que implican cargos laborales, relevancia de esos cargos”.
Para Carmen Romero “tiene que ver con el trabajo de saber armar redes, tejerlas, tener la paciencia, insistir, resistir. Yo creo que no es casualidad que haya muchas mujeres dirigiendo festivales o fundaciones culturales en Chile y en el mundo“.