El final de dos de las series más exitosas de la última década marcan el cierre de una era para la televisión tal como la conocemos.
Dos grandes éxitos, “Game of Thrones” y “The Big Bang Theory”, se despidieron con pocos días de diferencia. Si esas experiencias de visualización compartidas son una celebración o un funeral es una vez más tema de debate en los círculos de la industria de la televisión.
Cuando se trata de reunir a millones de personas, a los ejecutivos de televisión les gusta decir que los motores todavía funcionan. Eso ciertamente fue una realidad durante la preparación de los finales de “Thrones”, que ha batido récords en la televisión de pago, y en la comedia de CBS, que concluyó sus 12 años el jueves con un estimado de 18 millones de espectadores diurnos, según los datos de Nielsen, una cifra que se prevé que aumente a 25 millones en transmisiones posteriores.
El drama mítico de HBO se elevó a un máximo histórico con su penúltimo episodio, con 18,4 millones de espectadores en Estados Unidos, y pese a las amplias críticas y comentarios en Twitter, parece que eclipsará ese récord tras el final este domingo.
La pregunta es si en una época de ver programas a la carta se pueden replicar estos programas, o si cada siguiente generación de “éxitos” será inevitablemente más estrecha y más aislada que la que la precedió.
Esta discusión no es nueva. Cada vez que un gran éxito sale al aire: “The Cosby Show” en 1992, “Seinfeld” en 1998, “Friends” en 2004, “The Sopranos” en 2007 – parece haber una nueva ronda de especulaciones sobre si la televisión ha cruzado un puente hacia lo que equivale a un mundo más pequeño y disperso.
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Cuando terminó “Seinfeld”, el fallecido Larry Gelbart — creador de “M*A*S*H”, cuyo final sigue siendo el más visto en la historia de las series– citó el valor de que las personas puedan compartir algo tan relativamente benigno como una comedia de televisión, en un lenguaje que parece incluso más cierto ahora que en aquel entonces.
“Todo lo que nos une — Dios sabe que hay suficientes cosas que nos mantienen separados — es bueno para la familia que somos como nación”, dijo a Los Angeles Times.
Sin embargo, no se puede negar que ese tipo de experiencias de observación comunitaria son cada vez más raras, ya que el Super Bowl es el único evento anual que ha resistido una grave erosión. Espectáculos de premios, en particular, se encuentran entre los eventos que han sido testigos de caídas precipitadas.
Además, el “Big Bang” del jueves no fue tan grande como los gigantes de las comedias de situación del pasado. A modo de comparación, el final de “Seinfeld” atrajo a unos 76 millones de espectadores, mientras que “Friends”, hace 15 años, ofreció más de 52 millones.
A medida que los estudios y las cadenas lanzan sus propios servicios de transmisión, la industria del entretenimiento parece estar virando aún más hacia un mundo de consumo de medios a la carta. Qué significa eso para la televisión lineal — es decir, seguir viendo cadenas como CBS y HBO — es una pregunta que sigue abierta.
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En una entrevista reciente, Chuck Lorre, productor y co-creador de “The Big Bang Theory”, dijo que sería “absurdo” pronunciar que la comedia de situación ha muerto, habiendo escuchado y presenciado tales pronunciamientos en el pasado.
El entusiasmo de los estudios por crear contenido de transmisión en vivo sugiere que hay un modelo de negocio para la programación orientada a nichos. Aun así, la pérdida de estas dos series, tan diferentes como son, augura menos “Big Bangs” ,y cuando se trata de usar el término “éxito”, la caída del número de programas con legítimo derecho a reclamar a ese trono.
“The Big Bang Theory” es producido por Warner Bros., que, como HBO y CNN, es una unidad de WarnerMedia.
Por Brian Lowry / CNN