El japonés que destacó en películas como "The Street Fighter" y "Kill Bill" falleció a los 82 años, según lo confirmó su representante, quien calificó a Chiba como un "hombre humilde, cariñoso y amigable" a pesar de lo que la audiencia pudiese pensar por sus papeles.
(CNN en Español) – El estilo de pelea de Shin’ichi “Sonny” Chiba era menos atlético que asombrosamente brutal.
Chiba, una estrella del cine de artes marciales en su Japón natal, se hizo un nombre al lanzar golpes de infarto y apuñalar a enemigos ficticios en la garganta con solo sus dedos. Su imagen implacable en la pantalla inspiró a autores de acción como el director Quentin Tarantino y el actor Keanu Reeves a emular su estilo en sus propias obras, y emocionó a los espectadores cuando estos no se cubrían los ojos
Chiba, un artista marcial ferozmente talentoso cuyo renombre internacional creció con películas como las sagas “The Street Fighter” y “Kill Bill”, murió esta semana por complicaciones de COVID-19, confirmó su representante Timothy Beal a CNN. Tenía 82 años.
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Su estilo le valió admiradores famosos
Chiba, nacido como Sadaho Maeda, se inició en las artes marciales entrenando con Mas Oyama, considerado un maestro de kárate. Y lo dominó. Chiba se ganó varios cinturones negros durante su tiempo bajo el ala de Oyama, según Variety. No mostró sus habilidades en artes marciales en la pantalla hasta 1973, en la película Karate Kiba.
Las comparaciones con el famoso artista marcial estadounidense de Hong Kong Bruce Lee eran inevitables. Pero el estilo de lucha distintivo de Chiba no se parecía a nada de lo que Lee intentó. Chiba se enfurecía con sus enemigos y parecía usar más fuerza para lanzar sus golpes, un método que quitó el énfasis a la naturaleza coreografiada de las películas. Y sus personajes casi siempre mataban a sus oponentes.
Cualquier similitud con Lee fue aplastada con el lanzamiento en 1974 del sorprendentemente violento éxito internacional The Street Fighter, en el que Chiba, como el mercenario de artes marciales Takuma Tsurugi, golpea a un hombre lo suficientemente fuerte como para hacerle perder varios dientes y aplasta el cráneo de otro. Los protagonistas de Chiba eran antihéroes despiadados que estaban dispuestos a derramar sangre, un rasgo de carácter en muchas películas de acción contemporáneas.
“Para mí, el papel más divertido de interpretar es el del chico malo”, dijo en una entrevista en 2007 con Jonathan Ross. Dijo que una escena particularmente brutal que luego cortó a una radiografía de un cráneo después de que el personaje de Chiba lo aplastara fue su idea, una solución para mostrar el daño de un golpe sin intentar el golpe en sí, dijo.
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El estilo de Chiba le valió admiradores famosos como Tarantino, quien primero hizo referencia al gran artista marcial en la película de 1993 True Romance, para la que escribió el guion. Chiba aparecería más tarde en las dos películas del director Kill Bill.
En True Romance, Clarence Worley de Christian Slater llama a Chiba “sin excepción, el mejor actor que trabaja en películas de artes marciales en la actualidad”.
Era más amable de lo que dejaban ver sus temibles papeles cinematográficos
Chiba tuvo una carrera prolífica en cine y televisión, con más de 200 créditos en IMDb. Es posible que el público occidental lo haya visto en The Fast and the Furious: Tokyo Drift de 2006, en la que interpretó a un despiadado jefe de la Yakuza, pero la mayoría de las películas y series que hizo en la última parte de su carrera fueron estrenos en Japón.
Chiba tenía otra película en proceso antes de su muerte, dijo Beal, su representante, en un correo electrónico a CNN. Sin embargo, a pesar de lo que sus papeles harían creer al público, Chiba era un “hombre humilde, cariñoso y amigable”, dijo Beal.
Eso se hizo evidente en una entrevista de 2015 con Keanu Reeves. La estrella de acción de The Matrix y John Wick le dijo a un medio de comunicación japonés que Chiba era uno de los mejores actores del cine de artes marciales. Luego, Chiba sorprendió a Reeves durante la entrevista y elogió a “John Wick”, deleitándolo visiblemente.
“Carácter y acción… tú los reuniste”, le dijo Reeves. “Siempre hubo corazón en (los personajes de Chiba)”.
Chiba bromeó diciendo que podía aprender un par de cosas de Reeves, aunque se podría decir que Chiba creó el modelo que los artistas como Reeves trataron de seguir durante décadas. Chiba, en el papel de Takuma Tsurugi, arrancaba gargantas con sus propias manos antes de que Reeves, en su rol de John Wick, pudiera matar a sus adversarios de forma creativa con un lápiz.
Nunca hizo que pareciera fácil: los rostros de sus personajes delataban el dolor que sentía tan a menudo como lo hacía con sus enemigos, pero el tono ambivalente que dio en sus actuaciones inspiró gran parte de la acción que los espectadores de hoy adoran.