El partido terminó 6-0 para los ingleses, pero la aplastante derrota esa noche en Sofía terminó tristemente opacada por el comportamiento de la barra local: el partido se tuvo que suspender dos veces. Con la presión viniendo, incluso, del primer ministro del país, el timonel de la asociación decidió dar un paso al costado.
El presidente de la asociación de fútbol de Bulgaria, Borislav Mihaylov, renunció a su cargo luego de que jugadores de la selección de Inglaterra sufrieran abusos racistas durante el duelo del lunes por las clasificatorias a la Euro 2020.
El partido fue parcialmente suspendido en dos oportunidades en el primer tiempo luego de que el debutante con la casaquilla inglesa, Tyrone Mings, alertara sobre los insultos que estaba recibiendo él y sus compañeros de equipo desde varios sectores del Levski Stadium, en Sofia.
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Mihaylov ha enfrentado presiones incluso del primer ministro búlgaro, Boyko Borissov, quien pidió su salida.
“Es inaceptable para Bulgaria, que es uno de los países más tolerantes del mundo y en donde personas de diferentes etnias y religiones viven en paz, que sea asociada al racismo y xenofobia”, dijo Borissov.
En el encuentro hubo cánticos de mono y algunos hinchas locales hicieron saludos nazi.
El presidente de la UEFA, Aleksander Čeferin, culpó al “alza del nacionalismo” a través del continente por el “inaceptable comportamiento” de algunos fanáticos que continúan con los insultos racistas a jugadores.
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“Créanme, la UEFA está comprometida a hacer todo lo que pueda para eliminar esta enfermedad del fútbol. No podemos permitirnos estar contentos con esto; debemos siempre esforzarnos para fortalecer nuestra respuesta“, dijo.
“De manera más general, la familia del fútbol -todos, desde administradores a jugadores, entrenadores y fans- necesita trabajar con los gobiernos y ONGs para hacer la guerra a los racistas y marginar sus visiones aberrantes de la sociedad”, planteó.
“Las asociaciones de fútbol por sí mismas no pueden resolver este problema. Los gobiernos necesitan hacer más en esta área. Sólo al trabajar juntos en el nombre de la decencia y el honor podemos hacer progreso”.
La UEFA dijo a CNN el martes que su cuerpo de control, ética y disciplina esperará a ver el reporte del árbitro del partido y el reporte del delegado de la UEFA antes de comenzar una investigación sobre ataques racistas, agregando que también considerarán los apuntes de los observadores de la red FARE (Fútbol en contra del racismo en Europa).
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La respuesta de Inglaterra
Aparentemente imperturbables por las feas escenas, Inglaterra ganó 6-0. Sin embargo, el resultado estuvo entre las últimas cosas en la cabeza de los jugadores después del partido.
“Lamento que Bulgaria sea representado por estos idiotas en el estadio. Como sea. 6-0 y volvemos a casa, al menos hicimos nuestro trabajo. Buen viaje a nuestros fans, ustedes lo hicieron bien”, escribió Raheem Sterling en su cuenta de Twitter.
Marcus Rashford, quien abrió el marcador con un impecable gol, tuiteó: “El vil racismo que vimos y oímos anoche no tiene lugar en el fútbol ni en ninguna parte. Apoyamos completamente a Gareth Southgate y al equipo por pasarle por encima. Necesitamos ver una acción fuerte de la UEFA”.
El periodista deportivo Darren Lewis contó a CNN Sport que Bulgaria enfrentará un “riguroso castigo” antes de explicar por qué los problemas como este seguirán emergencia.
“No hay representación negra en el más alto nivel (de Bulgaria), así como no lo hay en la cima de la UEFA. Así es como tan pocas personas tienen fe en que realmente entiendan este problema”, Lewis dijo a CNN World Sport.
La respuesta de Bulgaria
El partido del lunes puso a prueba al protocolo de la UEFA sobre estos casos y pareció haber funcionado cuando la voz del estadio dijo a los fans que la conducta racista estaba interfiriendo con el partido y que, de continuar, el partido sería abandonado.
Y continuó, al menos en menor intensidad en el segundo tiempo, pero Inglaterra se rehusó a la opción de retirarse de la cancha, viendo cómo el técnico Gareth Southgate habló con sus jugadores en un par de ocasiones.
El DT de la selección inglesa sabía que abandonar el partido podría haber enviado el mensaje definitivo, pero los jugadores fueron unánimes en su decisión.
Mientras tanto, el capitán búlgaro, Ivelin Popov, pasó el entretiempo hablando con los hinchas pidiéndoles que dejaran los insultos.
“Pararse solo y hacer lo correcto necesita coraje y actos como ese no deberían pasar sin ser notados”, twitteó Rashford.
Sin embargo, así como los jugadores ingleses y su staff criticaron el trato recibido, el técnico de Bulgaria, Krasimir Balakov, dijo “personalmente no escuché los cánticos”.
Previo al partido, Balakov había argumentado que Inglaterra tenía un peor problema con el racismo que Bulgaria.
“No estoy seguro sobre esto, jefe”, tuiteó Sterling en respuesta a una noticia sobre el comentario de Balakov.
El arquero búlgaro esa noche, Plamen Iliev, fue citado por The Guardian asegurando que los hinchas “se comportaron bien” y se quejó de que Inglaterra “sobrerreaccionó”.
“No he escuchado ningún mal lenguaje usado contra sus jugadores o los nuestros”, dijo.