“Esto es todo. Se acabó”: El día en que la Fórmula 1 -y el mundo- se paralizó

Por CNN Chile

19.03.2025 / 18:37

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“Fuck!”. 

Un insulto. Eso fue lo último que alcanzó a decir el piloto de Formula 1, Romain Grosjean antes de quedar atrapado entre fierros y fuego.


Era el 29 de noviembre de 2020, en plena pandemia del Covid-19. La Formula 1 retomaba su acción tras meses de incertidumbre debido al virus. Fue una temporada más corta y con estrictas medidas de seguridad para evitar contagios. El gran premio de Baréin fue una de las carreras que sí se pudo disputar, siendo la 15 del calendario para ese año.

El campeonato mundial estaba llegando a su fin y varios pilotos aún no tenían claro su futuro en la categoría reina del automovilismo. Uno de ellos era Grosjean.

El francés llegaba presionado a las últimas carreras, debía mostrarse para lograr un asiento para la temporada 2021. Pero nunca pensó que ese gran premio de Baréin quedaría marcado a fuego -y literalmente a fuego- en su vida. 

Sakhir (Bahrain), 27/11/2020.- French Formula One driver Romain Grosjean of Haas F1 Team spins off the track during the first practice session of the F1 Grand Prix of Bahrain at Bahrain International Circuit near Manama, Bahrain, 27 November 2020. The Formula One Grand Prix of Bahrain will take place on 29 November 2020. (Fórmula Uno, Bahrein) EFE/EPA/TOLGA BOZOGLU / POOL


Un accidente “imposible”

Grosjean conducía un Haas en dicha época. El auto no era el mejor, y eso había quedado claro a lo largo de la temporada. En Baréin, el francés quedó clasificado en 19° lugar, por lo que tenía pocas chances de ganar.

Las luces rojas del semáforo de partida se fueron apagando una por una, hasta quedar en negro y dar comienzo a la carrera.

El piloto de Haas tuvo una buena largada, ganando dos posiciones. Rápidamente, se puso en modo batalla y comenzó a luchar por los puestos de avanzada. Pero una colisión con Daniil Kvyat cambió todo.

Su auto se estrelló a 140 kilómetros por hora contra las barreras de seguridad, atravesándolas y generando una gran explosión.

La Formula 1 se silenció y el mundo entero con ella.

Nadie entendía nada. Pilotos y mecánicos estaban pasmados con lo que habían visto.

− Oh my God

− What the fuck was that?

Estas fueron algunas de las palabras que surgieron inmediatamente tras el choque, también hubo gritos, manos en la cabeza. Los presentes no podían dar créditos a las imágenes que la televisión y el helicóptero oficial de la Fórmula 1 mostraban: un auto partido por la mitad y una parte del auto envuelto en llamas…Del piloto no había rastro alguno.

El silencio se apoderó por completo del circuito, acompañado de miedo, incertidumbre y vulnerabilidad.

Los demás pilotos pedían explicaciones, pedían que les informarán que su compañero estuviese bien. Desde sus respectivos equipo solo le respondían que volvieran a la zona de pits.

Los minutos pasaban y el terror iba creciendo.

Sakhir (Bahrain), 29/11/2020.- Grosjean, del equipo Haas, después de que se incendiara tras un accidente, este domingo en Sakhir (Baréin). El Gran Premio de Baréin, el antepenúltimo del Mundial de Fórmula Uno, quedó parado con bandera roja nada más darse la salida a causa del accidente. EFE/ Tolga Bozoglu / Pool


El ángel de fuego

Los equipos de emergencia acudieron al lugar del accidente a los pocos segundos. Con extintores buscaron apagar las inmensas llamas que envolvían el auto y, también, trataban de dar con el paradero de Grosjean.

Uno de los asistentes se dio cuenta que seguía en su asiento, y sin miedo se acercó al fuego. En tanto, el francés daba su propia lucha por sobrevivir.

Recuerdo abrir los ojos cuando todo acabó. Intenté levantarme y salir del auto, pero sentí que golpeé algo con el casco, me volví a sentar y pensé: ‘Vaya, estoy contra el muro, alguien vendrá a rescatarme. Solo esperaré'”, declaró tiempo después Grosjean sobre su accidente al programa Drive to Survive de Netflix. 

El francés siguió contando que “después volteé a la derecha y a la izquierda y vi anaranjado. ¿Por qué veo anaranjado? No se ha puesto el sol. ¿Son las luces? No, es fuego”, explicó. “Intenté levantarme pero no pude. Derecha e izquierda y nada… Me quedé sentado tratando de entender qué pasaba. De nuevo a la izquierda y me torcí la cabeza, mi pie se había atorado. Empecé a pensar: ‘Esto es todo. Se acabó’”. 

Pero la vida quería otra cosa, sacó fuerzas de donde pudo y salió del auto, siendo ayudado por personal de emergencia.

Grosjean terminó con quemaduras leves en sus manos, pese a la magnitud del incidente. Actualmente, sigue compitiendo en el automovilismo, sin olvidar lo que vivió esa jornada, el día en que se convirtió en un ángel en medio del fuego.

Actualmente, los restos del auto accidentado y quemado de Grosjean son parte de la exhibición de la Fórmula 1 que a fin de mes se presentará en Argentina.