Exatleta Julio Soto hace historia en Chile tras conquistar el cráter Ojos del Salado, el volcán más alto del mundo, sin prótesis
Por CNN Chile
13.12.2024 / 18:11
El exesquiador paralímpico alcanzó el cráter del volcán Ojos del Salado, el más alto del mundo con 6.893 metros, como parte de la iniciativa Montaña Sin Límites.
Julio Soto, exesquiador paralímpico y actual andinista, logró el pasado 10 de diciembre un hito histórico al alcanzar el cráter del Ojos del Salado, el volcán más alto del mundo con 6.893 metros de altitud.
Detalles de la hazaña de Julio Soto
Sin prótesis y con la ayuda de bastones adaptados, que era parte del desafío de la travesía, el deportista aseguró que la “mente puede superar cualquier barrera física”, una filosofía que ha marcado su vida desde que perdió su pierna izquierda a los nueve años debido a un cáncer.
La travesía, realizada junto al guía de montaña Alejandro Calvo, fue parte de la iniciativa Montaña Sin Límites de la Fundación Niño y Cáncer, que busca inspirar a personas con discapacidad.
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El ascenso requirió 10 días de aclimatación y apoyo logístico de la Escuela de Montaña del Ejército de Chile.
En conversación con La Tercera, Soto describió el desafío como “lo más difícil” que ha enfrentado, destacando las dificultades de la altitud y el cansancio extremo en los últimos tramos.
“Durante 10 días hicimos esta expedición para aclimatarnos. Lo que hicimos fue dormir en refugios a diferentes altitudes, para que cuando estemos cerca de la cumbre, es decir, cuando estemos en el último día, la altitud no nos perjudique y ya estemos aclimatados a ella”, detalló el deportista.
El médico traumatólogo y oriundo de Carelmapu lleva un año preparándose intensamente para sus objetivos, que ya incluyen ascensos al Cerro El Plomo y el Cerro Pintor.
Con la conquista del Ojos del Salado, Soto se enfoca ahora en la etapa final de su proyecto: escalar el Aconcagua, la cumbre más alta de América, en enero de 2025.
“La montaña es difícil para todos, pero con preparación física y mental, cualquier meta es alcanzable. Mi misión es que otros encuentren su propia montaña y se atrevan a conquistarla”, reflexionó Soto, quien continúa desafiando límites y demostrando que la verdadera fortaleza radica en el espíritu.