El histórico recinto será reemplazado por "New Trafford", un moderno estadio con capacidad para 100 mil espectadores, pero su diseño no convence a los hinchas.
El Manchester United ha anunciado oficialmente la construcción de un nuevo estadio, lo que marcará el fin de Old Trafford, el icónico recinto que ha sido su hogar durante más de 115 años.
El nuevo proyecto, denominado “New Trafford”, tendrá una capacidad de 100 mil espectadores y busca equiparar al club con las exigencias de los estadios de élite en el fútbol mundial. Se espera que la construcción finalice en 2031.
La noticia ha generado una ola de reacciones, especialmente por el diseño del nuevo estadio. Tras la publicación de imágenes conceptuales, las redes sociales del club se llenaron de críticas y burlas.
Muchos hinchas compararon la estructura con un circo y reprocharon que la dirigencia se enfoque en este millonario proyecto en lugar de mejorar el equipo, que actualmente ocupa la 14ª posición en la Premier League, muy lejos de su grandeza histórica.
Desde la directiva, el copropietario del club, Sir Jim Ratcliffe, justificó la decisión afirmando que Old Trafford ya no cumple con los estándares modernos.
“Nuestro estadio actual nos ha servido de manera brillante durante los últimos 115 años, pero se ha quedado atrás de los mejores estadios del deporte mundial.
Al construir junto al sitio existente, podremos preservar la esencia de Old Trafford, al tiempo que crearemos un estadio verdaderamente de vanguardia que transforme la experiencia de los fanáticos”, señaló Ratcliffe.
El director ejecutivo del United, Omar Berrada, añadió que se tomaron en cuenta las opiniones de miles de hinchas y residentes locales antes de tomar la decisión.
Sin embargo, estas explicaciones no han calmado las críticas. Los seguidores del United exigen que la prioridad sea reforzar la plantilla para recuperar la competitividad, en vez de invertir en un nuevo estadio que, por ahora, no ha convencido a nadie.
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Uno de los puntos centrales que tocó el economista en el programa Influyentes fue la guerra en Ucrania y sus efectos económicos y sociales en Europa.
