La ex número uno del mundo Victoria Azarenka se sumó a Naomi Osaka y Ashleigh Barty al confesar un bajón emocional que la obliga a alejarse de las canchas, reabriendo el debate sobre la salud mental en el tenis. “Dejas familias, dejas amistades, dejas casa, dejas lazos, y tienes que hacer elecciones que muchas veces te llevan más a la soledad que a la compañía”, explicó Ana María Yavar, psicóloga Clínica y Deportiva, a CNN Chile.
“No hubiera debido saltar a la pista hoy. Las últimas semanas han sido de extremo estrés en mi vida personal. El último partido fue agotador para mí”, dijo Azarenka el domingo al informar que se tomará “una pausa” del tenis profesional con la esperanza de “poder regresar” a competir.
Antes, el 22 de marzo, la también ex número uno del mundo Ashleigh Barty sorprendía al anunciar su retiro del tenis profesional: “Ya no tengo el impulso físico, las ganas emocionales ni todo lo que se necesita para desafiarte a ti mismo en lo más alto del nivel. Estoy agotada”.
A estos casos se suma Osaka, quien en 2021 se retiró de Roland Garros luego de revelar “haber sufrido largos ataques de depresión” desde su primer Grand Slam en 2018.
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EFE
La vida del tenista profesional
La ex número uno del tenis chileno, Macarena Miranda, habla con CNN Chile sobre el ritmo de vida de los tenistas y explica que “uno lleva tantos años en una dinámica que, entre comillas, no es normal. Te retiras del colegio a los 13, das exámenes libres, viajas entre países”.
“El tenis es un deporte donde todas las semanas cambia de lugar (…) no juegas de manera consecutiva en un mismo país, a lo mejor cambias de ciudad o de club, sino muchas veces cambias de país todas las semanas”, explica Miranda. “Llegas a un lugar nuevo, donde conoces a gente nueva, donde en una semana vas a dormir en un cama con unas características y la otra semana tienes que cambiar completamente esas condiciones”, agrega.
Miranda hace énfasis en el ritmo de la competencia, donde todos los días hay partidos o torneos activos, y si un tenista pierde, “tiene una semana aún para seguir entrenando, una semana que tampoco se puede desvincular de su deporte. Pierdes y al otro día vuelves a entrenar con el mismo ánimo y las mismas ganas, porque sabes que la próxima semana tienes nuevamente una competencia”.
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Un ejemplo es nuestra segunda raqueta nacional, Alejandro Tabilo, quien este año perdió la final del ATP 250 de Córdoba frente a Albert Ramos un domingo, y el martes ya estaba jugando en primera ronda del ATP 250 de Buenos Aires.
El complemento de ambos factores -viajes y el ritmo de la competencia- provoca no solo un desgaste físico en el deportista, sino también un desgaste emocional. “Tienes que tratar de equilibrar esos triunfos, porque cuando muchas veces ganas, te relajas, pero al día siguiente nuevamente tienes que competir, es decir, solo tienes un día para celebrar”, señala Miranda.
EFE
¿Qué puede hacer el circuito?
Ana María Yavar, Magíster en Psicología Clínica y Deportiva, quien actualmente trabaja con Alejandro Tabilo, indica algunas medidas a implementar en el tenis profesional para combatir esta crisis.
En conversación con CNN Chile, advierte que “generalmente se ve que quien busca al psicólogo, es porque está muy mal”.
Yavar se refiere a los sacrificios que hace un jugador en pos a su carrera: “El tenista pasa de avión, aeropuerto, hotel, hotel, club (…). Dejas familias, dejas amistades, dejas casa, dejas lazos, y tienes que hacer elecciones que muchas veces te llevan más a la soledad que a la compañía”.
“Muchas veces se habla del rendimiento, de la ramificación de competencia, de los peak de rendimiento, pero nunca se va a escuchar de un peak de descanso”, reflexiona.
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Yavar explica que “el circuito es tan duro que no te permite descansar o dejar de competir, porque tienes que defender puntos”. En esa línea, asegura que “tampoco hay una cierta educación en el ámbito psicológico” dentro del mundo del tenis, pero “tú puedes ayudar a que un deportista no caiga en los excesos, que no caiga en la soledad o en los pensamientos negativos. Y si eres capaz de prevenir eso, le estás dando una salida al deportista”.
La medida más urgente, recalca, sería “una psicoeducación con respecto al impacto de la sobreexigencia de los jóvenes”, ya que “ser tenista es muy obsesivo, tienen que serlo, y eso significa muchas veces que las exigencias las llevan a niveles extremos. Es un deporte solitario que muchas veces decides solo y eso también te lleva a encerrarte en tu mundo, en tu propio círculo”.