La Ley de Prevención del Trabajo Forzoso Uigur, aprobada este mes en el Congreso estadounidense, es parte del rechazo del gigante norteamericano contra el trato de Beijing a la minoría musulmana, que califican de genocidio. En respuesta, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China respondió que están haciendo "manipulación política e intimidación económica bajo el disfraz de los DD.HH."
(CNN Business/Reuters) – El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, promulgó el jueves una legislación que prohíbe las importaciones de la región china de Xinjiang por preocupaciones sobre el trabajo forzado, según anunció la Casa Blanca, lo que provocó una tensa respuesta desde China.
La Ley de Prevención del Trabajo Forzoso Uigur es parte del rechazo de Estados Unidos contra el trato de Beijing a la minoría musulmana uigur de China, que Washington ha calificado de genocidio.
El proyecto de ley fue aprobado por el Congreso en diciembre, después de que los legisladores llegaran a un compromiso entre las versiones de la Cámara y el Senado.
La clave de la legislación es una “presunción refutable” que asume que todos los bienes de Xinjiang, donde Beijing ha establecido campos de detención para uigures y otros grupos musulmanes, se hacen con trabajo forzado. De esta manera, el país norteamericano prohíbe las importaciones a menos que se pueda demostrar lo contrario.
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Algunos productos, como el algodón, los tomates y el polisilicio, utilizados en la fabricación de paneles solares, se designan como de “alta prioridad” para las medidas de cumplimiento.
En tanto, China niega los abusos en Xinjiang, importante productor de algodón que también suministra gran parte de los materiales del mundo para paneles solares.
La embajada del gigante asiático en Washington dijo que el acto “ignora la verdad y difama maliciosamente la situación de los derechos humanos en Xinjiang“, agregando que “esta es una grave violación del derecho internacional y las normas de las relaciones internacionales, y una grave injerencia en los asuntos internos de China“.
“China lo condena enérgicamente y lo rechaza firmemente”, dijo el portavoz de la embajada, Liu Pengyu, en un comunicado, agregando que China “responderá más a la luz del desarrollo de la situación“, sin dar más detalles.
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En un comunicado enviado este viernes, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China expresó su “fuerte indignación y firme oposición” a la legislación, manifestando que “las afirmaciones de “trabajo forzoso” y “genocidio” en Xinjiang “no son más que mentiras viciosas promocionadas por las fuerzas anti-China“.
Estados Unidos está participando en “manipulación política e intimidación económica bajo el disfraz de los derechos humanos” y está tratando de “socavar la prosperidad y estabilidad de Xinjiang y contener el desarrollo de China”, agregó.
En tanto, Nury Turkel, vicepresidente uigur-estadounidense de la Comisión de Estados Unidos sobre Libertad Religiosa Internacional, dijo a Reuters este mes que la efectividad del proyecto de ley dependería de la voluntad de la administración de Biden para garantizar que sea efectivo, especialmente cuando las empresas buscan exenciones.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, dijo por su parte que la aprobación de la ley por parte de Biden subraya el “compromiso de Estados Unidos de combatir el trabajo forzoso, incluso en el contexto del genocidio en curso en Xinjiang”.
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Uno de los coautores del proyecto de ley, el senador demócrata Jeff Merkley, dijo que era necesario “enviar un mensaje rotundo e inequívoco contra el genocidio y el trabajo esclavo“, agregando que “finalmente podemos asegurarnos de que los consumidores y las empresas estadounidenses puedan comprar bienes sin una complicidad inadvertida en los horrendos abusos de los derechos humanos en China“.
En sus últimos días de enero, la administración Trump ya había anunciado la prohibición de todos los productos de algodón y tomate de Xinjiang. En tanto, la agencia de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos estimó entonces que alrededor de US$ 9 mil millones en productos de algodón y US$ 10 millones en productos de tomate se importaron de China el año pasado.