La pandemia del coronavirus ha afectado la vida de todo el mundo y particularmente a las micro, pequeñas y medianas empresas, las que actualmente sufren con la reducción de sus ventas y la incertidumbre por lo que será su futuro.
El coronavirus ha afectado la vida de todo el mundo y particularmente a las pequeñas y medianas empresas, las que actualmente sufren con la reducción de sus ventas y la incertidumbre por lo que será su futuro.
Juan Pablo Swett, presidente de la Multigremial Nacional de Emprendedores, indica que “el mayor dolor de cabeza que hoy día tienen muchos emprendedores es la liquidez, el acceso a créditos”.
“Esta crisis reflejó que las pymes no tienen acceso a los bancos. Sólo 15%, 20% de los emprendedores accede a la banca”, sentencia.
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En Chile tampoco pasan por un buen momento, pero por su importancia, la Asamblea General de las Naciones Unidas decidió declarar el 27 de junio como el día de la micro y las pequeñas y medianas empresas. Esto, para reconocer su rol en la reducción de la pobreza y en el fomento del desarrollo.
Alejandra Mustakis, presidenta de la Asociación de Emprendedores de Chile (Asech), señala que la crisis sanitaria afecta de mayor manera a quienes están más cercanos a la tecnología y que no pueden trabajar por teletrabajo.
Por lo mismo, advierte que “más que nunca necesitamos apoyar a las pymes, emprendedores y microempresas. La mejor manera de hacerlo en su día y todos los días, es comprando”.
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En un viaje al Caribe, Cristián se encontró con un sabor que lo llevó a su infancia: las galletas de barquillo u obleas. Por esa razón, trajo las máquinas hacia Chile para comenzar a hacerlas acá, las que acompañó de limonada de coco. La mezcla dio origen a Santa Oblea y Lemonatta.
Cristián Ruiz, socio de Santa Oblea y Lemonatta, lamenta que con la pandemia y el estallido social las ventas se fueron prácticamente a cero.
“Tuvimos que reinventarnos, en el caso de Lemonatta creamos un carrito de compra y la venta empezó a levantarse. En el caso de Santa Oblea, la venta en los eventos se cayó al 100% y nos mantiene la venta en los supermercados, que es bastante buena, pero no lo suficiente, así que tuvimos que empezar a desarrollar el canasto digital”, comenta.
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En tanto, hace cinco años que Francisca Sandoval confecciona joyas en cuero, posicionándose en tiendas físicas. No obstante, la situación cambió con la pandemia. Hoy, trabaja a través de ecommerce.
“Cómo le llega el cliente el producto. Nosotros no lo tenemos resuelto. Podemos trabajar con compañías externas que, en el fondo, ellos cumplen ciertos plazos, pero claramente a nosotros nos ha dificultado poder hacer el seguimiento”, cuenta.
Según los datos del Consejo Internacional para la Pequeña Empresa, estos negocios representan más del 90% del total de empresas y generan entre el 60 y 70% del empleo a nivel mundial.