La iniciativa de un grupo de usuarios de Internet ha demostrado que la era tecnológica también afecta a los mercados. Aunque las apps están democratizando el acceso a estos, el CEO de Azimut Holding, Gabriele Blei, destaca que es necesario "abordar las inversiones a través del asesoramiento financiero y la educación de las generaciones jóvenes".
Los cimientos de Wall Street se sacudían a finales de enero. Tras un 2020 marcado por la pandemia, el año arrancaba con un cara a cara entre la comunidad de Internet y el gran mercado de la bolsa estadounidense. ¿Su arma principal? Las acciones de una empresa dedicada a la compraventa de videojuegos que no pasa por su mejor momento: GameStop (GME).
La trayectoria de GameStop llevaba en declive un largo tiempo debido al creciente interés por el formato digital en el sector de los videojuegos. Sin embargo, lo que hizo saltar las alarmas entre usuarios de redes sociales, fue el hecho de que se habían programado numerosas operaciones en corto.
Con estas operaciones, grandes grupos inversores de la bolsa, principalmente la estadounidense, tenían previsto vender sus acciones a un valor elevado para, pasado un corto plazo, comprar a un precio más bajo obligatoriamente y obtener una mayor rentabilidad. Una estrategia detectada principalmente por el grupo de Reddit WallStreetBets, que decidió tomar medidas.
¿Cómo? Instando a la compra masiva de acciones. Miles de personas, tanto de este portal como de redes sociales como Facebook o Twitter, se lanzaron a invertir en la empresa para forzar la subida de su valor en bolsa. Con esto, la premisa principal era que los grandes inversores que estaban especulando con el valor tuvieran que pagar en pérdidas. Un efecto rebote que tiraba por la borda la estrategia de cortos.
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La situación explotó el viernes 22 de enero. La estrategia estaba clara e Internet estaba listo para comprar. Tanto es así, que tuvieron lugar varias suspensiones de cotización y aplicaciones como Robin Hood, empleadas por los usuarios para invertir, bloquearon la compra de acciones para evitar que se desbordara el valor.
Un claro pulso entre Wall Street y la comunidad digital que sirve como reflejo del cambio que se está viviendo en la actualidad. El mercado está cambiando a paso de gigante debido, principalmente, a la flexibilidad del paradigma digital.
Gigantes empresariales como Tesla, con Elon Musk a la cabeza, están amoldándose a este cambio que estamos viviendo con tanta celeridad. El magnate ha demostrado con suma facilidad cómo, con simplemente cambiar su perfil en Twitter o publicar un mensaje, es capaz de hacer que las acciones de una empresa suban como la espuma. Recientemente, escribía un simple “#bitcoin” en su perfil y provocaba que la criptomoneda subiera US$ 5.000 en una hora (actualmente, su valor ha superado los US$ 50.000).
Según Gabriele Blei, CEO de Azimut Holding, uno de los mayores operadores del mundo en gestión de activos, “Reddit, así como otras plataformas, nos enseñan cómo hoy, y más aún en el futuro, un fenómeno contingente crea las condiciones para colocar la tecnología como tema fundamental también para el acceso a los mercados financieros”.
La bolsa ya no es algo al alcance de unos pocos. La prueba más clara está en la app de Robin Hood, que sirvió como instrumento principal en esta guerra entre WallStreetBets y Wall Street con GME de por medio. Un programa gratuito que, con solo hacer un pequeño depósito, ya permite operar en cualquier mercado, y que ya se había usado en anteriores ocasiones para inflar acciones de otras empresas del mismo sector.
“Las aplicaciones son parte de nuestra vida y debemos acostumbrarnos a gestionar nuestros ahorros también a través de este tipo de soluciones“, asegura Blei.
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Esta situación ha provocado diferentes posicionamientos. La senadora estadounidense Elizabeth Warren lanzaba un mensaje al mundo, afirmando que “los mismos hedge funds, capital riesgo y grandes inversores hoy consternados por las operaciones de GameStop, han tratado el mercado de valores como su propio casino personal, mientras los demás pagan el precio”.
Posición ligeramente enfrentada a la del CEO de Azimut, quien afirma que hay excesos, “pero ciertamente no son representativos de todo el mercado”. Lo que hoy se necesita, sostiene, es “más educación financiera y comprensión de las herramientas en las que invertimos y un poco menos de demagogia en querer siempre encontrar un enemigo al que atacar”.
De hecho, considera que “no debemos sorprendernos demasiado” por situaciones especulativas como esta, “sino reflexionar sobre el impacto de la tecnología aplicada a los mercados financieros, que deben preservar los principios fundacionales de ser libres, de normalizar a largo plazo, también gracias a un conjunto de reglas que permite a todos los que son parte, inversores, sociedades cotizadas, plataformas tecnológicas, trabajar con las mismas reglas que se aplican a todos”.
Las apps están democratizando el acceso a los mercados, y las redes sociales se han convertido en todo un río alimentado por el movimiento de sus usuarios. Organizados, pueden llegar a cambiar el valor de empresas de un día para otro.
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Aunque es algo peligroso debido a la falta de educación financiera, se abre la puerta para muchos a un mundo complejo y que requiere cautela. Así, por lo menos, lo aclara Blei: “creo que es importante abordar las inversiones a través del asesoramiento financiero y la educación de las generaciones jóvenes para administrar sus ahorros”.
Los tiempos cambian y los mercados lo han notado más que nunca. Replantear la educación financiera de un mundo más conectado que nunca puede ayudar a que la bolsa se vuelva accesible para muchas más personas. Y no sólo en Norteamérica.
“No debemos mirar las cosas que suceden lejos de nosotros como algo que no nos concierne. Porque siempre nos conciernen, por el simple hecho de que, con la tecnología y un mundo interconectado, la información, las personas, los bienes y las ideas viajan más rápido que nuestros pensamientos. Lo que pasa lejos de nosotros ya es parte de nuestro mundo, no debemos tenerle miedo, pero debemos dotarnos de las herramientas necesarias para gestionar la novedad y lo inesperado y convertirlos en oportunidades“, plantea finalmente el CEO.
Las actividades están enmarcadas en el lema "Salgamos a jugar", por lo que el énfasis estará en los juegos tradicionales y la "transmisión intergeneracional de la riqueza cultural". La jornada se realizará en 16 regiones del país.
